Microrrelatos

Darse cuenta

Aunque el parecido era innegable, llegó a la conclusión de
que aquel  ser con el que chocaba todos
los días, definitivamente no era de su especie, se movía imitando sus movimientos de forma
contraría, por lo que el chocar era inevitable, así que lo mejor que podía
hacer era moderar la fuerza con la que lo impactaba.  Cansado de tal afrenta, decidió enfrentarlo con
toda su fuerza, después del choque el ser quedó partido en varios pedazos que
comenzaron a caer y a hacerlo desaparecer.