Microrrelatos

La despedida del arcano

*Huiré, estoy decidido, además el canguelo me acerca más a la insobornable muerte.
-¿A dónde iras?
*Abriré la puerta de la ciencia, igual ya no poseo nada que perder.
-¡No! Sabes que está prohibido entrar ahí.
Abrió la puerta antes que los demonios consiguieran aprisionarlo, esta irradió un brillo más de luz que de oro, los ojos abordaron a colmarse de los matices colores y el aura desaceleraba cada cabezazo del distintivo tiempo. Alzó su vista y surcó el cielo, mientras con una tímida sonrisa miró a la de la guadaña y le dijo; soy libre.