Microrrelatos

Según el cálculo de West

“Según el cálculo de West, nacemos con un presupuesto cardíaco de mil millones de latidos”. Eso le contó Inga a Leopold acurrucada en su vientre. “Es cosa nuestra dosificarlos”. Se sentía interesante y especial. Él la quería y ella se lo tomó con calma. No sabía que pagaría cara la estupidez. Y la inconstancia. Hubo un tiempo, en los tranvías, en que a Leopold le latía el pulso atolondrado. Ahora su ausencia le sublevaba a ella el corazón… Él no pudo sufrir más y ya estaba en paz con West. Inga apuró en sus latidos cada sístole que Leopold malvendió.