Microrrelatos

El Burócrata

Los hombres de uniforme salieron llevándose los últimos ordenadores. Ya solos, el burócrata ofreció un cigarrillo al tembloroso científico.

– Cálmese profesor, la ciencia nunca puede avanzar más deprisa que la sociedad o es nuestro deber hacerla “tropezar”.

– ¡Pero mi test es inofensivo! Mediante un análisis de ciertos genes clave y suponiendo ausencia de percances ajenos a la biología del propio individuo estimamos su máxima esperanza de vida. Nada más.

El burócrata sonrió.

– Profesor, ¿qué haría si supiera exactamente el tiempo que le queda?

– Supongo que sólo aquello que realmente deseo.

– Ese es precisamente el problema.