Microrrelatos

Aquella mañana

Aquella mañana, sobre mi mesa personal de laboratorio, estornudé, y el trípode que sostenía el matraz de erlenmeyer, mi trabajo, rodó, golpeó la probeta, que a su vez calló sobre el crisol de porcelana, haciéndolo añicos, donde un trozo atravesó un tubo de decantación, haciéndolo pendular, consiguiendo que golpeara la espátula, que voló hasta la balanza, que a su vez la escupió contra las probetas de la mesa de mi compañero, desparramando su contenido por el suelo. Destrocé el trabajo de ambos, pero como la ciencia es excéntrica, aquella mezcla de fluidos resulto ser, el futuro de la humanidad.