Microrrelatos

Suspiros

El ritmo sincopado del jazz impregna poco a poco cada célula de mi cuerpo.

A medida que me alejo del bar, la música se va atenuando hasta convertirse en un suspiro que se confunde con el rumor del viento. Percibo un soplo de aire fresco que me acaricia la mejilla y me susurra “Llévame volando a la luna y déjame jugar entre las estrellas…”. La luna cenicienta me guiña el ojo mientras me pierdo en la oscuridad de la noche.