Microrrelatos

Servicio indiscreto

Era
imposible, pero pareciera que su asistente virtual le leyera la
mente. Por supuesto, solo se trataba de programación sofisticada.
Pero aquella mañana la “broma” llegó demasiado lejos; apenas
tomó en sus manos el smartphone para revisar su agenda, su asistente
la preguntó por qué la inquietó tanto el sueño de aquella noche.
En efecto, había tenido un sueño perturbador. Desde que conectaron
a la nube aquel nuevo ordenador cuántico, aquella aplicación no
parecía la misma.