Microrrelatos

La antigüedad de la verdad

Desde el primer momento que llegué a la Academia sentí un gran honor y aun más de ser su alumno. Me encantaba escuchar sus enseñanzas pero un día tuve que pedirle que me repitiera varias veces aquella teoría, ¿cómo van a existir dos mundos le repliqué? Él se ofendió. Todos mis compañeros de clase al salir me preguntaron si me había vuelto loco, cómo se me ocurría tal cosa. A lo que les contesté: “Platón es mi amigo, pero soy más amigo de la verdad”.