Microrrelatos

Aprendizaje

Ocurría
en ciertas ocasiones que el receptor reaccionaba violentamente y empezaba a convulsionar
sobre el suelo de la Sala cuando finalizaba la transmisión del archivo. En tal
caso se optaba por incinerar el cuerpo recién estrenado, adulto, rechazado sin motivo
aparente, llevándose con él ochenta o noventa veranos de experiencia y el eco
de millones de impulsos nerviosos. Imposible de localizar con ningún programa
informático, se escondía en esa vida vieja la certeza de haber muerto ya antes.