Microrrelatos

La etérea compañía

Florencia aparecía cada vez que el viento la llamaba, y como si fuera flor, sentía sus cabellos ligeros como pétalos, y en las noches tristes, escuchaba susurros que le decían que no estaba sola, pues el aire para ella siempre estaría, y cuando le faltara iba a ser por alegrías y nunca por melancolía, aunque ella no sabía que había una ocasión en la que el aire le faltaría de manera definitiva, y vivió ignorando ese dato toda su vida, sin saber que algún día, por la falta de ese amigo de toda la vida, caería sobre su lecho y moriría.