Microrrelatos

El reparador

Dada mi amplia experiencia reparando, durante siglos, desde relojes astronómicos, motores de vapor, hasta teleféricos y satélites, me ofrecieron el trabajo. A alguien se le averiaba un órgano y había que remendarlo. Al comienzo fue sencillo, los páncreas tenían demasiada azúcar, los hígados exceso de alcohol, pero luego aparecieron demasiados casos de corazón. Como las causas variaban infinitamente, desde la soledad hasta el cambio de las estaciones, costaba establecer un único método de recomponer. Tras años de estudio hallé que aquello que sanaba las rupturas de corazón no era un artilugio, ni una medicina, tampoco se compraba ni se vendía.