Microrrelatos

De Amor y de Agua

Siempre hay un motivo para volver al lugar donde uno quiso y soñó. Después de treinta años regreso, pero, esta vez solo. En aquel momento llegué con la mujer amada, al tercer día de casados.
Yo era oriundo de Misiones. Ella desconocía esa belleza argentina, descubierta por Alvar Núñez Cabeza de Vaca allá por 1541. Un viajero describió las Cataratas del Iguazú en su magnificencia diciendo: «Es un océano derrumbándose en un abismo»
Ahora yo digo: Océano donde brama cautiva la selva y encierra vestigios de vida.