Los monjes que reciclan agua al fabricar cerveza

La abadía cisterciense de Koningshoeven se encuentra en la frontera entre Alemania y Bélgica y es famosa por convertirse en la primera en conseguir un sistema innovador, y natural, que reduce la pérdida de agua.

El monasterio produce alrededor de diez millones de litros al año de cerveza. Después de años de haber creado un negocio más que rentable a lo largo del mundo, dada la gran demanda que tiene su cerveza, los monjes llegaron a la conclusión de que el dinero se había apoderado de la espiritualidad. Esto condujo a que repensaran su negocio y se percatasen del uso que estaban dando al agua en su proceso de fabricación de cerveza, el cual llevaba casi intacto después de más de ciento treinta años.

Así, han inventado un sistema de reciclaje basado en las plantas, construyendo un sistema de filtración de agua a base de las plantas que pone freno al desperdicio que produce actualmente al fabricar la cerveza y que corresponde a un porcentaje de siete litros por cada litro de cerveza.

El monasterio posee un enorme invernadero con setenta especies que incluyen helechos y otras plantas subtropicales. Bajo esta superficie se desarrollan unos depósitos de aguas residuales que fluyen a través de las tuberías que llegan hasta la cervecería. De esta manera, la interacción de los microorganismos en las raíces de las plantas y las bacterias que tiene el agua, la purifican para su reutilización en la elaboración de la cerveza. Pero los monjes proyectan usar el mismo sistema para reutilizar por ese sistema el agua que se desecha y convertirla en agua potable.

Un nuevo sistema que se calcula que purificará casi quinientos mil litros cada siete horas cuando se encuentre en pleno funcionamiento y sin necesidad de ayuda humana. Una iniciativa que responde a una conciencia por parte de los monjes de dejar un mundo mejor a las futuras generaciones.

Actualizado: 25/06/2021