Microrrelatos

Lactancia

En la pequeña isla de La Gomera vive una selva antiquísima y autosuficiente.  Sus árboles cosechan el agua directamente de las nubes que se forman en la cumbre. El agua del Atlántico no se precipita sobre la tierra, se escurre suavemente por las hojas, gotea, y empapa el suelo para que beban las raíces. El que lo bautizó lluvia horizontal estaba inspirado, pero no era ningún poeta. Este exuberante ser milenario, cuando tiene sed, solo tiene que lamerle una teta al cielo.