Microrrelatos

La energía del mar

Los pies descalzos de la joven se balanceaban al son del movimiento del mar, que de alguna formaba andaba acompasado con el vuelo puramente placentero de las aves.

La joven inclinó el cuello y buscó con la mirada la pared limada del acantilado, aquella en la que se extendía la malla que recogía la fuerza voluble de las olas.

Casi podía sentir la vibración que se producía a lo largo de todo el sistema de redes; un hormigueo que atravesaba la naturaleza más salvaje e irradiaba la ciudad.