Microrrelatos

Jaque mate al cáncer

Porque había perdido demasiados trenes en su vida planificó con esmero aquel
viaje, quizás sin retorno. Estampó su firma en montañas de formularios y devino
cobaya humana. La  gastrectomía parcial y
los sucesivos ciclos de quimio no habían funcionado y decidió jugárselo todo a
esa carta. Con una biopsia y un análisis del ADN tumoral habían fabricado una
vacuna personalizada para los neoantígenos que merodeaban por lo que quedaba de
su estómago y los ganglios linfáticos circundantes.

Su oncólogo y él se abrazan efusivamente. Habían conseguido ganarle la
partida al cáncer.