Historias del cambio

Retretes del futuro que mejoran la calidad del agua

Una mala gestión de las aguas residuales supone un grave problema para la salud de nuestro planeta y sus habitantes. Son muchas las iniciativas que han surgido para hacer frente a este problema y mejorar así la calidad de un recurso tan valioso para la vida como es el agua. Una de ellas es la del empresario Bill Gates que, consciente de este problema, ideó unos retretes que no necesitan agua y respetan nuestro medio ambiente. En esta historia del cambio te contamos más sobre estos innovadores proyectos alineados con la Agenda 2030, en concreto con la consecución del ODS 6.

Con la vista puesta en la agenda 2030, los Estados Miembros de Naciones Unidas aprobaron una serie de objetivos sostenibles. El ODS 6 dice: “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”.

Un dato tiene siempre dos visiones. Como por ejemplo, la cifra de que 5.200 millones de personas tenían en 2015 agua potable administrada de manera segura. Eso, según se mire, significaba que el 29% restante de la población, es decir, más de 800 millones, carecían de este servicio básico.

La mala gestión de las agua fecales suponen un grave problema para la salud. Por ello, son muchas las iniciativas que han surgido para hacer frente a este problema y lograr una mejora en la calidad del agua

Las aguas fecales conviven cerca de las viviendas en Rio de Janeiro

El agua es un bien escaso, y lo será aún más, debido al aumento de temperaturas por el cambio climático. De hecho, cada vez más gente está sufriendo el estrés hídrico, con sequías más prolongadas y desertizaciones crecientes. En 2050, las predicciones, nada halagüeñas, vaticinan que al menos una persona de cada cuatro estará relacionada con la escasez de agua.

Con el fin de garantizar el acceso universal al agua potable segura y asequible, es necesario invertir en infraestructura, proporcionar instalaciones sanitarias y fomentar prácticas de higiene, ya que, entre otras prácticas no deseables, el 80% de las aguas residuales se vierten en vías fluviales sin un tratamiento adecuado.

El retrete del futuro: sin agua y sin alcantarillado 

Las aguas fecales son cualquier tipo de aguas cuya calidad esté afectada de forma negativa por la mano del hombre. Según su origen, hay aguas fecales urbanas, domésticas o industriales. Las domésticas son las procedentes de las viviendas y de servicios, generadas principalmente por el metabolismo humano y las actividades domésticas.

El 80% de las aguas residuales se vierten en vías fluviales sin un tratamiento adecuado

El inodoro es un invento que, aunque para una parte de la población mundial sea algo habitual en sus hogares, lo cierto que hoy en día, según las Naciones Unidas, al menos 892 millones de personas continúan con la práctica insalubre de la defecación al aire libre. Por ello, y dada su importancia para evitar, entre otras situaciones, la muerte diaria de alrededor 1000 niños por enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene, en 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió designar el 19 de noviembre como el Día Mundial del Retrete.

No obstante, 3 de cada 10 personas carecen de acceso a servicios de agua potable seguros y 6 de cada 10 carecen de acceso a instalaciones de saneamiento gestionadas de forma segura.

La Fundación Bill and Melinda Gates contra las aguas fecales 

Por eso, el empeño que ha habido desde siempre en solucionar esta situación podría empezar a dar sus frutos. Porque, entre otros, el propio Bill Gates se ha puesto manos a la obra.

La mala gestión de las agua fecales suponen un grave problema para la salud. Por ello, son muchas las iniciativas que han surgido para hacer frente a este problema y lograr una mejora en la calidad del agua

Bill Gates, empresario e informático estadounidense, en una conferencia de la Unión Europea

El pasado 6 de noviembre de 2018, Gates presentó un inodoro que no necesita agua, no está conectado a ningún sistema de alcantarillado y es capaz de transformar los desechos humanos en fertilizantes. Lo hizo en Beijing (China), en una feria sobre tecnología innovadora destinada a la fabricación de retretes, en plena “revolución china de los retretes”. Y está siendo utilizado en Durban, la tercera ciudad de Sudáfrica. Un lugar con un rápido crecimiento humano, pero no en instalaciones.

La fundación Bill y Melinda Gates han invertido más de 200 millones de dólares desde 2011 en su particular batalla contra las aguas fecales, inventando diferentes prototipos que promuevan el tratamiento ecológico de los desechos: unos funcionan con luz solar, otros generan energía a partir de esos desechos, llegando incluso algunos a crear fertilizantes y agua limpia no apta para beber, pero si para uso higiénico.

Una alternativa ecológica que beneficiaría a aquellos lugares donde tengan un sistema de saneamiento deficiente. Porque los inodoros del futuro son autónomos. Son pequeñas plantas de tratamiento capaces de matar patógenos y, con el tratamiento de las aguas residuales, hacer que los desechos sean seguros por sí mismos.

La vida sin inodoros en condiciones es difícil para cualquiera, pero aún más para las niñas y mujeres. Sobre todo, durante el período menstrual. En esa época, las niñas faltan más a la escuela. Por eso, la demanda inicial sería para escuelas, edificios de apartamentos e instalaciones con baños comunitarios.

Según la Organización Mundial de la Salud, cada dólar invertido en saneamiento rinde alrededor de 5,50 dólares de beneficios económicos mundiales debido a las mejoras en la salud.

Otras iniciativas

Sistemas alternativos ya se utilizan en zonas sin saneamiento en países con distinto grado de desarrollo. Como por ejemplo, Toilet Revolution distribuye inodoros ecológicos en zonas donde no es posible tener un inodoro o, en su caso, sería excesivamente caro: áreas rurales, campings, barcos… Patrick Boylan, su creador, afirma que fabrican compost mediante el procedimiento de separación de orina o por medio de un inodoro interno de compostaje, que no separa la orina sino que su utiliza su humedad y nitrógeno. Así se descomponen los residuos y se genera el calor necesario para matar los patógenos propios de las aguas fecales. Estos inodoros son autoventilados y permiten eliminar fácilmente los olores.

La mala gestión de las agua fecales suponen un grave problema para la salud. Por ello, son muchas las iniciativas que han surgido para hacer frente a este problema y lograr una mejora en la calidad del agua

X-runner es otra empresa que se centró en la capital del Perú, Lima, una ciudad donde la lluvia es muy escasa y la inversión pública es muy limitada. Ello provoca que una cuarta parte de la población (unos 2 millones de personas) no tenga acceso a unos sistemas de saneamientos y alcantarillado adecuado.

El retrete de X-runner es sencillo y se basa en la separación de excrementos. Es decir, las heces caen en una bolsa con serrín y la orina se infiltra en la tierra mediante otro conducto. Esta empresa no es una ONG, sino una “empresa social” cuyo objetivo es “generar ingresos para realizar negocios sostenibles y más sólidos durante los años”. Cada semana, un camión de la empresa pasa por casa de sus clientes para recoger la bolsa y reciclar las heces en compost. La compañía asegura que su producto está ya alcance de cientos de familias, que pagan por el alrededor de 10 euros al mes.