Glosario 
 de la Sostenibilidad

Mosaico

El mosaico es el conjunto de manchas en un paisaje separadas sobre una matriz por fronteras interconectadas cuya disposición espacial permite identificar, caracterizar y cartografiar un territorio para su estudio. El concepto se relaciona estrechamente con la ecología del paisaje y con la conectividad ecológica.

Etimológicamente, la palabra ‘mosaico’ proviene del latín clásico musivum opus y, más tempranamente, de la voz en latín medieval musaicus, con la que se denominaba la obra decorativa de la Villa de las Musas en la Antigua Roma.

El sentido originario de esta palabra —«dicho de una obra taraceada de piedras o vidrios de colores», citando a la Real Academia Española— evolucionó en el ámbito de las ciencias geográficas, para expresar una diversidad de conceptos y teorías, como el mapa mosaico y el mosaico geográfico.

En ecología, el geógrafo ruso Vasily Vasilievich Dokuchaev (1846-1903) en primer lugar y el geólogo alemán Carl Troll (1899-1975) después, sentaron las bases de una disciplina a medio camino entre la biología y la geografía: la ecología del paisaje.

No obstante, el autor de ‘Land Mosaics: The Ecology of Landscapes and Regions’, Richard T. T. Forman, está considerado como el padre de la ecología del paisaje, una nueva visión más ecológica, sostenible, profunda y compleja sobre los territorios, al tener en cuenta la conectividad ecológica entre las teselas del mosaico que vive y que evoluciona también en el paisaje.

La ecología del paisaje vincula esta rama de la biología con los patrones del entorno natural vistos desde la ventanilla de un avión, en una perspectiva general, para luego acercarse a las teselas de los ecosistemas observando su funcionamiento, con sus flujos de energía y de materiales, a fin de imaginar y repensar una biocenosis heterogénea, un mosaico terrestre en el que puedan coexistir la naturaleza y las personas.

La influencia de la ecología del paisaje, así como de sus seguidores, ha crecido gradualmente en las últimas décadas, en particular desde la fundación en 1982 de la Asociación Internacional de Ecología del Paisaje (IALE, por sus siglas en inglés), dedicada a la investigación de las alteraciones espaciales en la estructura paisajística.

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Para los estudiosos de la ecología del paisaje, los mosaicos representan un estrato superior y más visible de la organización material de un ecosistema determinado, visión que en cierto modo refleja la definición que la RAE hace del término paisaje, es decir, «parte de un territorio que puede ser observada desde un determinado lugar». Los ecólogos del paisaje se esfuerzan en comprender la función de los mosaicos, particularmente de aquellos que son producto de la estrecha ‘convivencia’ entre la naturaleza y los seres humanos.

Una de sus principales áreas de estudio es la conectividad ecológica, de creciente utilidad en labores de gestión territorial y de conservación del medio ambiente. Su importancia radica en una de las causas reconocidas de la crisis ambiental: la disminución de la conectividad de los espacios naturales debido esencialmente a la actividad humana (explotación agrícola, infraestructuras en expansión, etcétera).

La ligazón del término mosaico con la ecología del paisaje y la conectividad ecológica no debe inducir a pensar que la teoría denominada ‘mosaico de hábitats’ guarda relación con ellos. A grandes pinceladas, esta última abarca las actuaciones de selección de hábitats de los distintos componentes bióticos de un ecosistema.