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Evolución

La evolución es el proceso de transformaciones genéticas por el cual se originan nuevas especies sobre la Tierra. El francés Lamarck fue pionero en formular una teoría evolucionista, seguido de los británicos Darwin y Wallace.

Etimológicamente, el término ‘evolución’ es un cultismo proveniente de la voz latina evolutio, formada a partir del sufijo ex y del verbo volvere cuya traducción al español—«dar vueltas hacia afuera»— resulta cuando menos enigmática.

En ciencias biológicas, el concepto se define como un «proceso de transformación de las especies a través de cambios producidos en sucesivas generaciones», citando a la Real Academia Española (RAE), en una descripción similar en muchos aspectos a la del Diccionario Inglés Oxford (OED), que recoge la palabra como las «transformaciones genéticas de las poblaciones a través del tiempo, resultantes de la variación genética y el impacto posterior del medio ambiente en las tasas de éxito reproductivo». Cabría añadir, a estas definiciones, el matiz esencial de que la evolución entraña el paso de formas simples hacia formas más complejas; de lo contrario, el término más adecuado es ‘involución’.

La evolución biológica, teoría de la evolución o evolucionismo plantea la idea de que los organismos actuales son el resultado de sutiles pero constantes modificaciones en la genética de sus ancestros. Concretamente, los defensores del lamarckismo, darwinismo, etcétera, afirman que el Homo sapiens es el último eslabón de una cadena evolutiva de la que forman parte especies como el Homo habilis y Homo erectus.

No obstante, darwinismo y evolucionismo no son conceptos equivalentes. Las teorías evolucionistas abarcan un campo del saber más amplio que  los postulados científicos de Charles R. Darwin (1809-1882), es decir, que el darwinismo, que tampoco representan las aportaciones recientes de Theodosius Dobzhansky, Ernst May y otros biólogos evolucionistas.

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Frente al creacionismo imperante antes del siglo XX, la evolución biológica debió afrontar grandes desafíos antes de adquirir carta de naturaleza en la comunidad científica. Estando el geógrafo y naturalista galés Alfred Russel Wallace (1823-1913) de expedición por el archipiélago malayo, tras apreciar y estudiar las barreras biogeográficas que había establecidas para la fauna y la flora, se despertó en una noche de fiebre con la teoría sobre el origen de las especies en el pensamiento. En ese momento llegó a la conclusión de que nada de lo que está vivo ha surgido de un vacío, sino que cada especie procede de otra que le es contemporánea.

Tras reponerse del ataque de malaria, Wallace redacta un manuscrito con su teoría titulado ‘On the Tendency of Varieties to Depart Indefinitely from the Original Type’ que remite por carta a Darwin, quien lo recibe en su casa de Down en junio de 1858. Pocos días después, el 1 de julio de 1858, se presentan en la Sociedad Linneana de Londres los trabajos de manera conjunta, dando prioridad a un resumen del ‘Essay’ que Darwin venía escribiendo desde 1844 con el título de ‘Extract from an unpublished work on Species’. Además de la carta que Darwin remitiera al naturalista Asa Gray en 1857 comentando la divergencia entre las variantes de una misma especie; para leer, en tercer lugar de la presentación conjunta, el manuscrito redactado y enviado por Wallace desde la isla de Ternate. Un hito científico que marca el principio del concepto moderno de evolución por la selección natural de las especies.