Ecología

El término proviene de la voz germana ökologie, introducida en 1869 por el naturista y filósofo alemán Ernst Haeckel (1834-1919). Etimológicamente, la raíz eco se deriva del griego oikos, que quiere decir «casa» o «habitación». El proceso evolutivo de los organismos, incluida la Humanidad, lo que son y no son, lo que llegan a ser o dejan de ser, no tiene como escenario de fondo el vacío, sino un ecosistema cambiante que es su medio, su «casa o habitación». El ecólogo Ramón Margalef (1919-2004) solía escribir con mayúscula la palabra Ecología, a la cual definió como «la biología de los ecosistemas».

El ecólogo, o especialista en ecología, centra sus esfuerzos en el estudio de las relaciones e interdependencias entre la fauna, la flora, los seres humanos y el medio natural. La diversidad de componentes del ecosistema se combinan para ¿alterar? —mediante procesos como la pedogénesis, la construcción de hábitats o el movimiento e intercambio de materia orgánica— el funcionamiento y la distribución de cada una de las especies en singular, sin olvidar la pluralidad de comunidades biológicas, es decir, la visión global del ecosistema.

La metodología de los ecólogos se rige por la observación, el estudio de la función de los organismos y las estimaciones sobre su evolución positiva o negativa dentro de un ecosistema determinado. Debido a la influencia del método científico, la ecología aumenta su comprensión de los seres vivos y del entorno natural de estos con ayuda del método científico, que adaptado a este campo, se sustenta en la experimentación, la ecología matemática y el trabajo de campo.

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La ecología se subdivide en distintas ramas y  , clasificadas en función de su objeto de estudio (fósiles, microbios, etcétera). Algunas de las más representativas y cultivadas son las siguientes:

• La ecología humana, orientada a la investigación del ser humano y sus hábitos conductuales en interacción con el medio ambiente, atendiendo a condicionantes biológicos y sociales.
• La paleoecología, que parte del estudio de los fósiles para comprender el desarrollo actual de las especies y vislumbrar su evolución inmediata; su finalidad es reconstruir ecosistemas antiguos.
• La limnología, dedicada al estudio de ecosistemas acuáticos, abarcando la distribución, las interacciones, etcétera, de seres vivos coexistentes en ríos, lagos y otros biomas similares.
• La dendroecología, que se sirve de la información contenida en los anillos de crecimiento de las especies leñosas para dar respuesta a cuestiones y problemas de la ecología moderna.
• La ecología microbiana, especializada en el estudio de los organismos solo visibles para el ‘ojo’ del microscopio y en su influencia en el resto de seres vivos y el medio en que se desarrollan.

La ciencia ecológica contiene, además, las ramas no menos relevantes de la sinecología, la biogeoquímica, la autoecología, la macroecología y las ecologías matemática, urbana, industrial, paisajista, jerárquica y comunitaria.