Glosario 
 de la Sostenibilidad

Desertificación

La desertificación es el proceso de degradación de las tierras áridas, semiáridas y subhúmedas secas provocado por actuaciones humanas inapropiadas, como la destrucción de bosques, la erosión de los suelos, la sobreexplotación de mantos acuíferos o el exceso de irrigación derivado de la agricultura, la ganadería y otras actividades desarrolladas fuera del actual marco de sostenibilidad. Las tres décimas partes de la superficie continental (el 35%) son consideradas zonas desérticas, de acuerdo a datos recientes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Glosario de la Sostenibilidad - Desertificación

La etimología del término se construye con el latinismo desertus, que significa «abandonado» o «desierto» como núcleo principal, y se define como «transformar en desierto amplias extensiones de tierras fértiles», según la Real Academia Española (RAE), mientras que el Diccionario Inglés Oxford (OED) reconoce las influencias antropogénicas en su descripción de ‘desertificación’ «debido a la influencia de la actividad humana y el cambio climático».

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El término ‘desertificación’ fue utilizado por primera vez en 1949 por el botánico francés Andre Aubreville (1897-1982) con el significado que los diccionarios le otorgan actualmente: la propagación de condiciones análogas a un desierto en zonas históricamente no desérticas.

*A pequeña escala, este fenómeno es natural y ha contribuido a la formación de las principales áreas desérticas de la Tierra (Gobi, Sáhara, Arabia, Chihuahua). Es incuestionable, sin embargo, que este proceso de degradación del suelo se ha acelerado como consecuencia del cambio climático.

En 1948, el Comité de Estudios de Francia encomendó a un grupo de expertos un estudio sobre la desséchement progressif, es decir, la «progresiva desecación» (expresión que demuestra la falta de consenso acerca del modo en que debía denominarse este fenómeno), reconociendo así la creciente preocupación acerca de este problema.

Un paso adelante en la lucha contra la desertificación sucedería en 1977, con la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desertificación en Nairobi (Kenia), que resultó en la aprobación de un ‘Plan de Acción para la Lucha contra la Desertificación’.

La década de 1990 traería consigo los mayores avances en esta cruzada contra la degradación de la superficie terrestre. Así, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 17 de junio como el ‘Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, con el objetivo de «concienciar acerca de las iniciativas internacionales para combatir estos fenómenos» y «recordar que se puede neutralizar la degradación de las tierras mediante la búsqueda de soluciones, con una firme participación de la comunidad y cooperación a todos los niveles».

* Se estima que, entre 2010 y 2015, alrededor de 3,3 millones de hectáreas de zonas forestales se vieron afectadas por la sequía y la desertificación, según recoge las Naciones Unidas (UN) en el objetivo 15 de la Agenda 2030.

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No debe confundirse la desertificación con los desiertos, que son ecosistemas maduros donde las condiciones naturales son extremas por su aridez. Es decir, los desiertos son ecosistemas naturales que pueden ser ricos en biodiversidad y, sin embargo, las zonas desertificadas son territorios donde, generalmente  s, se ha producido una degradación ambiental que puede resultar irreversible. Por consiguiente, el desierto es natural; la desertificación, artificial, aún cuando también puedan concurrir en este proceso degenerativo los factores climáticos, agravados a su vez por las actividades humanas.