Glosario 
 de la Sostenibilidad

Clímax

El clímax es el punto de madurez que puede alcanzar un determinado ecosistema. Este concepto ecológico guarda estrecha relación con el de la vegetación potencial o comunidad clímax, es decir, las comunidades capaces de prosperar sosteniblemente hasta etapas avanzadas y equilibradas de sucesión ecológica.

Formalmente, el clímax se define como el «estado óptimo de una comunidad biológica, dadas las condiciones del ambiente», citando la quinta acepción de la Real Academia Española (RAE). Más que un estado, la Enciclopedia Británica describe el clímax como «la etapa final de la sucesión biótica alcanzada por una comunidad vegetal en un entorno y condiciones ambientales en un momento determinado».

Por consiguiente, los ecosistemas que alcanzan su madurez o punto de máximo de desarrollo están en una fase de clímax, conocida también como vegetación potencial o comunidad clímax. Aunque esta etapa permanece estable durante un largo periodo de tiempo, no es infinita, pues los cambios evolutivos, ecológicos y climáticos pueden alterar drásticamente el medio ambiente.

Esta idea se denominó la “hipótesis del monoclímax” por la cual se podría considerar a la comunidad biótica como un sólo “superorganismo” con un único destino de madurez o clímax. Sin embargo, su colega Henry Allan Gleason (1882-1975) que en principio abrazó las hipótesis de Clements, llegaría a discrepar absolutamente al considerar la importancia de la individualidad y de las múltiples posibilidades de alcanzar la madurez que, en base al azar, tenía una comunidad en un mismo hábitat, desarrollando la “teoría del policlímax”. Esta teoría establece que las comunidades podrían alcanzar al final del proceso de sucesión uno o varios clímax posibles, modelo que, refrendado posteriormente por ecólogos como Robert H. Whittaker (1920-1980), prevalece hoy en día.

Respecto al funcionamiento del clímax en ecología, este se inicia cuando los primeros organismos colonizan un territorio determinado, como el formado tras el enfriamiento de magma volcánico, en el momento en que la temperatura y otros parámetros posibilitan la existencia de vida animal o vegetal.

La fragilidad y escasa adaptabilidad son rasgos típicos en estos ecosistemas iniciales, habitados por especies pioneras o colonizadoras. Con el incremento de su número y capacidad de adaptación, la comunidad biótica logra madurar y evolucionar hasta alcanzar un estado de equilibrio y complejidad (clímax) que permite el máximo beneficio de los recursos materiales.

El clímax de comunidades bióticas es posible gracias a condiciones como las siguientes: individuos muy especializados, escaso aumento de la biomasa, resistencia a fenómenos naturales y aprovechamiento óptimo del espacio y de los recursos energéticos disponibles. Además, la comunidad clímax se caracteriza por disponer de una vasta gama de organismos y poblaciones o nichos ecológicos.

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En líneas generales, la comunidad clímax puede clasificarse en cinco tipos —paraclímax, disclímax, ideal, potencial y real— dependiendo de la acción o inacción humana y de otros factores críticos:

Paraclímax. Esta clase de comunidad clímax es el resultado de unas condiciones del suelo extraordinarias. Se encuentra en una fase regresiva estable, inferior al clímax propiamente.

Disclímax o clímax de perturbación. Esta formación no mantiene una situación climática como consecuencia de unas condiciones edáficas idóneas, sino por la acción del ser humano.

Ideal. Esta comunidad alcanza y mantiene su clímax sin mediación del ser humano, en un estado de rigurosa naturalidad.

Potencial. Las comunidades así denominadas son una representación del desarrollo que hubieran alcanzado en caso de cesar la actividad humana.

Real. Se denomina así a la comunidad clímax que en realidad existe en un territorio determinado, al margen de modelos y representaciones teóricas.