Antropoceno

Etimológicamente, el término ‘antropoceno’ proviene de las voces helenas anthropos y kainos, que significan «humano» y «nuevo», respectivamente. La Real Academia Española (RAE) lo define como la época «más reciente del período cuaternario, [que] abarca desde mediados del siglo XX hasta nuestros días y está caracterizada por la modificación global y sincrónica de los sistemas naturales por la acción humana».

El concepto fue propuesto en la década de los ochenta por el investigador estadounidense Eugene F. Stoermer (1934-2012). Posteriormente, su compatriota Andrew C. Revkin, autor especializado en ambientalismo, reconoció en 1992 que «hemos entrado en una edad que puede denominarse Antropoceno» porque, «después de todo, esta es una edad geológica que nosotros mismos estamos creando».

Sin embargo, la popularidad actual del término se atribuye al químico holandés Paul Crutzen, ganador del Premio Nobel de Química de 1995. Crutzen data el comienzo del Antropoceno en 1784, con la invención de la máquina de vapor por el escocés James Watt (1736-1819).

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Las principales características del Antropoceno son la dispersión de elementos y desechos de plástico, hormigón, metal, etc., en el medio ambiente; el incremento de los gases de efecto invernadero, y la propagación de especies exóticas potencialmente invasoras a nivel global.

Esta escala temporal geológica está causada por la interacción de tres factores, a saber: (1) la explosión demográfica, (2) el desarrollo tecnológico desde el inicio de la Revolución Industrial y (3) el aumento acelerado de la producción y del consumo de recursos naturales, fósiles y minerales. Por otra parte, la actividad humana derivada de estos factores — expansión del terreno cultivable, deterioro de la biodiversidad, modificación de la cobertura vegetal, alteración de los flujos biogeoquímicos, etc.— ha influido en mayor o menor medida en el surgimiento de esta época geológica.

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Los postulados del Antropoceno han sido aceptados por la mayor parte de la comunidad científica, pese a que la International Union of Geological Sciences (IUGS) y la International Commision on Stratigraphy (ICS) no hayan reconocido aún el término. En 2011, los medios Nature y The Economist dedicaron a esta etapa geológica un editorial y una portada, respectivamente, urgiendo a un mayor reconocimiento. Tres de las pruebas más contundentes se detallan a continuación:

■ El Programa Internacional sobre la Geosfera y la Biosfera (PIGB) recopiló de 1987 a 2015 un corpus de datos que demostraba la influencia antropogénica en parámetros clave del planeta Tierra.

■ La aparición de rocas derivadas del desarrollo industrial, o beachrocks, evidencian el impacto de la industria metalúrgica en áreas costeras e intermareales. Estas rocas están formadas por arena cementada y fueron objeto de estudio por el Departamento de Química Analítica de la Universidad del País Vasco (UPV) en 2017.

■ En 2020, la revista Nature publicó un estudio con evidencias de que el conjunto de bienes, materias, etcétera, fabricados por el ser humano sobrepasaba ya a la masa de todos los seres vivos.