Microrrelatos

Franz Lutier camina por las calles

Franz Lutier camina por las calles de Amberes, rendido. La bolsa en la que guarda sus inventos pesa como una montaña, engordada por sus fracasos, sucedidos uno tras otro por toda Europa: «¡Vean la maravillosa caja que creará sus retratos en un segundo!», anunció en Viena; «¡Sorpréndanse con el aparato que guardará cualquier sonido en este simple disco!» gritó en un mercado de París; «¡Maravíllense con el vehículo del siglo: el velocípedo!» exclamó en Londres. Pero harto de fracasos, abandona sus sueños, pues ya se lo avisaron  en la corte de Luis XIV: »¿Para qué molestarse? Ya está todo inventado.»