Microrrelatos

Engranaje del microcuento

Y encontró así el mecanismo perfecto, semejante a un temblor de agua contenido, sin orillas vacilantes, cada gota perfecta horadando incisiva el interior en huida de la propia huella fría, que quema la imaginación, hasta empapar finalmente el alma,  en alianza misteriosa y compleja con la palabra.