Microrrelatos

De padres a hijos

Mi abuelo fue un tipo curioso. Le gustaba inventar artilugios. Mi padre heredó su habilidad y se dedicó a fabricar nubes. Eran nubes especiales, blanditas, de todos los colores. Las vendía en el mercadillo, adonde cientos de personas acudían para comprarlas. Mi padre siempre decía que las nubes servían para muchas cosas, no sólo para estar en el cielo. Por eso entregaba un manual de instrucciones con cada una. Cuando cumplí los 10 años, empecé a acompañarle. Me maravillaba observar el brillo en los ojos de la gente. “Algún día te contaré el secreto”, me anticipó en una ocasión, mientras envolvía una con mimo. Ahora, cuando preparo el parte meteorológico, presiento que me ayuda.