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Sueños de H20
Sueños de H20
Autor: Elena Bethencourt
Al poner las manos salió agua limpia y fresca. Primero se quedó embelesado. Luego llamó a su madre, a su abuela, a sus cinco hermanos, a sus veinte amigos, a sus tíos, a los vecinos. Todos bebieron de aquel chorro mágico y se empaparon de arriba abajo como de una lluvia que no escampa. Lamentó no haber traído cubos para llevársela en vez de dejarla tirada en el suelo. Se despertó alterado. Ya había amanecido. Se le hacía tarde. A toda prisa salió de la aldea descalzo y caminó los siete kilómetros hasta el pozo más cercano.