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La cura en mil pezados
La cura en mil pezados
Autor: Blanca Arranz Almerich
Seguía allí, en aquel oscuro lugar, por más que lo intentaba no conseguía descifrar la cura de ese virus mortal. Los casos aumentaban a una velocidad inimaginable y había que actuar lo antes posible. Después de tantos intentos fallidos y ante la desesperación decidí contagiarme e inyectarme la cura a mí misma. Poco a poco sentía como mis parpados cada vez pesaban más y mis extremidades se estremecían… De pronto una corriente de aire recorrió mi laboratorio y tiró la cura al suelo, convirtiéndola en mil diminutos pedazos, y allí me quedé, tirada sin nadie quien pudiera ayudarme.