Galería
EL AERÓGRAFO PALEOLÍTICO
EL AERÓGRAFO PALEOLÍTICO
Autor: JUAN RAMÓN LOPEZ
La vieja mantiene la concha en la palma de la mano. Con habilidad, libera dos dedos para sostener un huesecillo hueco, y sumergirlo, a medias, en el diluido ocre que colma el nácar. El otro hueso lo aprisiona entre los labios, e, inclinando la cabeza hacia la concha, lo acerca al primero. Sopla y se obra el prodigio; del primer tubo se desaloja el aire y el tinte, ocupando su lugar, se topa con la corriente de aire y sale pulverizado contra la roca. La niña esta perpleja; junto a bisontes y gacelas está su mano en la piedra.