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Los manglares, escudos contra el cambio climático

Proteger los manglares
Los manglares son uno de los ecosistemas más valiosos del planeta. No solo resultan ser un hábitat crucial para la biodiversidad, sus peculiaridades los convierten en una protección propia de la naturaleza. Es por ello que proteger los manglares resulta clave para luchar contra el cambio climático.

Según la ONU, alrededor del 75% de las especies de pesca comercial pasan parte de su ciclo de vida en estos ecosistemas por lo que dependen de ellos para su alimentación y desarrollo. Gracias a sus densas raíces, sus numerosos tipos de árboles y sus aguas salobres los convierten en un hábitat muy valiosa y única para la vida de diferentes especies de peces y crustáceos.

Además, proteger los manglares significa también proteger las costas ya que sus peculiares raíces actúan como amortiguadores naturales contras las marejadas ciclónicas, las inundaciones y las tormentas siendo capaces de disipar la energía de las olas a lo largo de las costas.

Una de las funciones más importantes de los manglares es la de acumular CO2, reduciendo así su presencia en la atmósfera. Por esa razón, se consideran sumideros naturales de dióxido de carbono que queda almacenado en depósitos de sedimentos por miles de años.

proteger los manglares

«Los manglares y otros ecosistemas de carbono azul, como los pastos marinos y las marismas, son increíblemente eficientes para almacenar carbono», dice Isabelle Vanderbeck, experta internacional en aguas del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP).

Los manglares no solo son importantes para proteger la biodiversidad, también resultan clave para la lucha contra el cambio climático. Suponen un recurso natural y un gran productor de alimentos. Por tanto, su conservación es vital tanto para la preservación de especies como para mejorar la calidad de vida del ser humano.

La gran amenaza de los manglares

Los manglares tienen la capacidad de almacenar más carbono que muchos bosques tropicales. Esto los convierte en verdaderos escudos naturales de protección del medio ambiente, ya que ayudan a mitigar los efectos del cambio climático en la Tierra.

Aun así, la actividad humana está destruyendo las costas de manglares, provocando la emisión de enormes cantidades de gases de efecto invernadero. Por ello, cada vez se hace más latente la necesidad de proteger los manglares y erradicar cualquier acción que perjudique su existencia y la de miles de especies.

La desaparición de los manglares plantea graves efectos para el medio ambiente en todo el planeta. A menor cantidad de árboles, menor CO2 absorbido por el aire y mayor liberación de reservas de carbono

La deforestación para la construcción de grandes complejos turísticos, el inadecuado aprovechamiento de los árboles, la descarga de aguas residuales y la extracción excesiva de madera son algunos de los problemas que están poniendo en peligro la existencia de estos ecosistemas.

«Más de un tercio de los manglares del mundo ha desaparecido en los últimos 100 años. Es una tendencia que debe detenerse de inmediato si queremos que sobrevivan las especies y comunidades que dependen de estos bosques costeros», asegura Vanderbeck.

Su desaparición plantea graves efectos para el medio ambiente en todo el planeta ya que, a menor cantidad de árboles, disminuye el CO2 absorbido por el aire y provoca la liberación de reservas de carbono acumulados en los sedimentos de aguas poco profundas.

Bosques azules contra el calentamiento global

Bosque azules es la denominación que los expertos han elegido para destacar el papel de manglares, marismas y praderas submarinas como auténticos sumideros de carbono.

El creciente reconocimiento del papel de los manglares en la mitigación de los efectos del cambio climático y el floreciente mercado global de compensaciones de carbono azul son una fuente de esperanza para los ecosistemas de manglares en todo el mundo.

Fuente: UN Environment Programme 

Por su parte, la ONU está llevando a cabo un proyecto de Bosques Azules con el respaldo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial. Steven Lutz, coordinador del proyecto en GRID-Arendal, explica que a través de este proyecto se investiga “cómo se pueden aprovechar los servicios de los ecosistemas costeros para retener el carbono, combatir el cambio climático, impulsar la conservación y proporcionar medios de vida sostenibles”.

La cobertura de manglar en el mundo se ha reducido a la mitad en los últimos 40 años. Restaurar y proteger los manglares es una herramienta barata y beneficiosa para las personas y el planeta. Y por esta razón, cada vez más investigadores y organizaciones de todo el mundo insisten en la importancia de proteger los manglares y tomar medidas para evitar las devastadoras consecuencias que supone la destrucción de estos ecosistemas.