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¿Qué tipo de bolsa causa menos daño a la naturaleza?

¿Qué tipo de bolsa tiene menor impacto medioambiental? ¿Algodón, papel o plástico? Deborah García, química y divulgadora científica, da respuesta a estas preguntas. Y para ello, nos explica lo que en ciencia se conoce como el análisis del ciclo de vida, esencial para conocer si un producto es más o menos sostenible.

Solemos pensar que, si un material es más o menos biodegradable, su impacto medioambiental será mayor o menor en función de éste. Pero, lo cierto, es que debemos tener muchos más factores en cuenta como, por ejemplo, que tipo de materias primas necesitamos, cómo se extraen o de qué se transforman en el producto final. Es decir, su ciclo de vida.  A continuación, y de la mano de Deborah García, analizamos este factor en las bolsas de plástico, papel y algodón. ¿Cuál es la mejor opción?

  • Bolsas de papel

Fue en los años 60 cuando se empezó a utilizar las bolsas de plástico como sustitutas de las de papel. Estas últimas eran más frágiles y su vida útil era muy limitada. Además, el papel procede de la tala de árboles. Esto ya genera un impacto en el medio ambiente. Y es que la industria maderera es la quinta con mayor gasto energético.

Una bolsa de papel pesa 10 veces más que una de plástico. Esto repercute en que su transporte sea más costoso lo que provoca que su huella de carbono sea 10 veces mayor.

No solo tiene un impacto en la contaminación atmosférica, también en nuestra huella hídrica que pone en serio peligro nuestras reservas de agua. Deborah Garcia explica que, si analizamos el ciclo de vida de una bolsa de papel, tendríamos que utilizarla mínimo tres veces para compensar el impacto medioambiental de una bolsa de plástico utilizada solo una vez.

Bolsas de algodón: 

Las bolsas de algodón nos permiten un uso más responsable al poder utilizarlas muchas veces a lo largo del tiempo. Sin embargo, es su producción la que supone un impacto para el planeta. Y es que para la extracción del algodón son necesarios la producción de cultivos intensivos. Estos tienen una huella ecológica. Además de que el gasto de agua para producir un kilo de algodón alcanza los 40.000 litros de agua.

“Si analizamos todo el análisis del ciclo de vida de las bolsas de algodón, tendríamos que utilizarlas 131 veces para compensar el impacto medioambiental derivado de una sola bolsa de plástico” destaca la divulgadora. Sin embargo, debemos evitar acumular una gran cantidad de este tipo de bolsa y ser más conscientes de que su producción tiene efectos muy negativos en el medio ambiente.

Bolsas de plástico

Las bolsas de plástico se fabrican a partir de un residuo del petróleo que no se podía convertir en combustible. Y de esta forma, convertimos un residuo en un recurso, como pueden ser bolsas u otro tipo de objetos.

Las bolsas de plásticos están compuestas de polietileno. Las de mayor grosor son de polietileno de alta densidad lo que permite su reciclaje. En cambio, aquellas compuestas de polietileno con una densidad más baja, su reciclaje es casi imposible. Y esto es un grave problema para el planeta.

En España reciclamos en torno al 60% de las bolsas de plásticos, pero en otros países la realidad es muy diferente. Y es que el 80% del plástico que acaba en mar proviene de países como China e Indonesia. Países donde el plástico no se recicla. Este hecho provoca que cada año se viertan al mar en torno a 8 millones de toneladas de plásticos al año.

Lo destacable es que hemos logrado disminuir en el uso de las bolsas de plástico. Y es que hace tan sólo 10 años, se utilizaban 300 bolsas de plástico por persona cada año frente a las 180 que se utilizan actualmente. Esto es debido, en parte, a la conciencia ambiental.

Teniendo en cuenta el análisis del ciclo de vida, “deberíamos hacer un uso tan responsable de las bolsas de plástico como el que hacemos con una bolsa de algodón” explica Deborah.

Sin embargo, existen casos particulares como las bolsas de rafia. Estas bolsas están compuestas por diferentes tejidos de polietileno que la hace parecer de algodón pero, la realidad, es que son de plástico. Al parecerse tanto a las bolsas de algodón, hace la reciclemos y reutilicemos varias veces haciendo que su impacto medioambiental disminuya de forma considerable.

Con todo esto, Deborah García lanza una pregunta que no dudamos que te hará recapacitar. ¡Dale al play y descúbrela! 

ACERCA DEL AUTOR

Deborah García Bello
Es química y divulgadora científica. Es autora del blog dimetilsufuro.es por el que recibió el Premio Bitácoras 2014 y del canal de youtube "Deborahciencia". Participa en programas científicos de televisión y radio, entre los que se encuentra Órbita Laika de Televisión Española. También cuenta con los premios Jot Down Ciencia y el Premio Tesla a la divulgación. Es profesora del Máster de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco y la Universidad Pública de Navarra desde 2019.