Microrrelatos

Calentando Olas

Irene; respeta el mar, el sol, la luna y las olas;  en especial cuando surfea en el verano cerca al puerto.

En un día de esos  que  la energía solar calentó el aire, con pasión, convirtiéndolo en viento y este hizo estremecer al mar obligándolo a un orgasmo  de  olas; Irene sintió las caricias del hidrógeno y el oxígeno conjugadas en una marejada de líquido vital que la llevó hasta el reino de Neptuno.  El rey, en compensación a su respeto, la devolvió sobre  una ola que rompió el labio en una  playa que alguna vez fue acantilado.