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¿Son las abejas robot el futuro de la polinización?

13 de Abril de 2015
El futuro de la polinización podría estar en las abejas robóticas, un proyecto de una naturaleza artificializada sin precedentes
La de 2015 va a ser una primavera silenciosa. Las abejas desaparecen en todas partes. Cincuenta años después de que Rachel Carson denunciara en “Primavera Silenciosa” cómo el uso de pesticidas acababa con los insectos y su papel en la polinización, las cosechas y el equilibrio del ecosistema ¿Volvemos a estar en el punto de partida?

La masiva desaparición de abejas actual, parece tener las mismas causas. Nuevos pesticidas como los neonicotinoides y el glisofato eliminan las muy necesarias abejas y ponen en jaque el futuro de la polinización. En este contexto, nacen las abejas robot, una propuesta de naturaleza artificializada que plantea soluciones a través de la tecnología. 

Es fácil que cuando uno piensa en las abejas le vengan a la mente imágenes de pequeñas criaturas capaces de clavarnos su aguijón y darnos una picadura cuanto menos desagradable. Sin embargo, las abejas juegan un papel fundamental en la agricultura y la polinización de innumerables cultivos. Sin ellas, muchas variedades de frutas y verduras que precisan de la polinización de las abejas no tendrían futuro. Por eso puede resultar extraño que algunas colonias de abejas se estén acercando a la extinción masiva. Pero está pasando.

Imaginar un mundo sin abejas puede parecer extremadamente improbable. Pero lo cierto es que las poblaciones de abejas de todo el mundo llevan años experimentando descensos nunca antes documentados. Por esta razón, se están desarrollando proyectos como los de las abejas robot, que persiguen garantizar el futuro de la polinización. Aunque sea artificialmente, claro.

La tecnociencia desarrolla las primeras abejas robot

En la búsqueda de un futuro más alentador, la cultura tecnocientífica intenta responder con nuevos instrumentos. Las abejas robot (“Robobees”) no sólo se muestran como una hazaña de la miniaturización robótica. Se proponen como solución a la desaparición de las abejas naturales. Los pequeños robots voladores, se dice, podrían ser el futuro de la polinización de las plantas. También acabarían con otras plagas… inyectándoles pesticidas. Similar “tecnoptimismo” se puede apreciar en artículos como este.

Las abejas robot son una especie de dron del tamaño de un insecto capaz de polinizar artificialmente. Recubiertos con un parche de cerdas de pelo de caballo y un gel líquido iónico, estos pequeños robots pueden recolectar y transferir polen de una planta a otra.

¿Es la polinización artificial una opción real?

La polinización artificial es posible. Sin embargo, se trata de un proceso tedioso que requiere mucho tiempo. Cuando se hace a mano, usando un pincel para aplicar el polen, una persona puede polinizar de cinco a diez árboles al día, dependiendo del tamaño de los árboles. Abordar miles de árboles requiere mucha mano de obra y un presupuesto al que resulta imposible hacer frente.

Por contra, si la tarea la llevaran a cabo las abejas robot, la polinización artificial podría constituir una opción sostenible en el futuro. Sin embargo, el coste de crear un ejército de abejas robot sería muy difícil de asumir y éste se enfrentaría a una gran cantidad de obstáculos. Entre los más grandes: cada flor que hay en el mundo necesita ser polinizada para dar sus frutos. Entonces, ¿cuántas abejas robot se necesitarían para polinizar un bosque entero?

El papel de las abejas en la polinización es demasiado importante como para confiar exclusivamente en el desarrollo de soluciones tecnológicas para compensar los errores humanos. Hay unas 20.000 especies de abejas en el mundo, cada una con patrones de vuelo y tamaños de cuerpo únicos para entrar en diferentes flores. La diversidad de abejas y patrones de vuelo conduce a una polinización más eficiente y efectiva. ¿Es posible –o eficiente– replicar estos patrones en las abejas robot?

La naturaleza artificializada

No todo el mundo parece sentirse tan optimista y feliz con esta invasión de miles de millones de abejas robot. Por ejemplo, el grupo de performance “Reverend Billly and The Stop Shopping Choir” invadió, para exorcizarlo, el laboratorio de Harvard donde se desarrollan las robobees.

La naturaleza ya no es lo que era, ciertamente. Basta con echar una mirada a plataformas como NextNature y ver cómo se naturaliza la idea de una naturaleza artificializada.  El argumento principal de esto no es más que una  continuación “natural” de las miles de hibridaciones que los humanos hemos introducido a lo largo de nuestra historia. Ahora bien, en estos primeros tiempos del Antropoceno, las hibridaciones son una mezcla nueva: organismos orgánicos, con seres equivalentes inorgánicos y programados.

¿Os resulta fácil imaginaros en ese futuro de la polinización?

ACERCA DEL AUTOR

Ramon Sangüesa
Fundador del Equipo Cafeína. Experto en programas de investigación en TIC, comunicación y arte. Coordina el Data Transparency Lab, iniciativa conjunta de MIT, Open Data Institute, Mozilla Foundation y Telefónica I+D.