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La silenciosa danza de los líquidos corporales

11 de Mayo de 2016
La performance blue remix
La popular afirmación “somos agua” ya no sorprende a nadie. Sin embargo hay un artista que como pocos ha llegado a escenificar esta realidad. Se trata de Yann Marussich, un inclasificable performer suizo que en Blue Remix, se encierra en una urna de cristal para dar vida a un impresionante proceso donde sus fluidos corporales cobran vida.

Definida por el propio artista una danza silenciosa Blue Remix, que se pudo ver por última vez en España en el Laboratorio de Arte en Vivo de Valencia en 2011, se presentará el próximo 21 de mayo en el prestigioso CLICK Festival de Helsingør (Dinamarca), junto con Brain Brisé, otra performance silenciosa, que representa una vuelta de tuerca más en la reinterpretación del agua por parte Yann Marussich.

Huelga decir que Dinamarca queda algo lejos de España. Sin embargo la cercanía del verano puede ser una oportunidad para viajar al país de Andersen y asistir a las dos performances de Yann Marussich. Con el aliciente añadido que Blue Remix, por sus peculiaridades e implicaciones fisiológicas para el cuerpo humano, se presenta cada vez más raramente. Desde 2013 ha sido puesta en escena sólo en tres ocasiones.

Qué es Blue Remix

La obra está galardonada en 2008 en la categoría Hybrid Art de los prestigiosos premios Ars Electronica. Blue Remix cobra vida a través de una puesta en escena sencilla pero impactante. El artista, inmóvil en una urna de cristal, cede el protagonismo a los procesos invisibles. La fisiología del cuerpo humano escenifica una verdadera performance de los fluidos corporales. A lo largo de una hora Marussich permanece delante de las miradas atónitas del público que presencia cómo de su piel empieza a brotar un líquido oscuro.

Blue Remix de Yann Marussich © Isabelle Meister

Con el pasar de los minutos estas secreciones, generadas por una inyección intravenosa de azul de metileno, empiezan a manar literalmente por todos los orificios corporales del artista generando siniestros charcos alrededor de su cuerpo desnudo.

La performance blue remix

Blue Remix de Yann Marussich © Isabelle Meister

La piel es el principal protagonista de la escena, siendo el órgano que controla todos los intercambios humorales con el espacio exterior. Al mismo tiempo el azul de metileno va dibujando un retrato del artista. Como un lúgubre bodegón va adquiriendo tonalidades espectrales, en un proceso que inspira emociones contradictorias en el espectador. El cuerpo adquiere así una funesta identidad que evoca al mismo tiempo los cadáveres de la peste en Venecia de las pinturas del Tintoretto, las inquietantes representaciones de El Bosco o los majestuosos semblantes de los cuerpos en las obras de Zurbarán.

Una performance bioquímica

Blue Remix es una performance bioquímica que pone de manifiesto las actividades invisibles del cuerpo humano y la circulación de los fluidos orgánicos que se mueven de forma independiente, controlados por el sistema vegetativo. La acción cuenta con la colaboración de un músico local. Este se encarga de remezclar y amplificar los ruidos internos generados por el cuerpo del artista.

En el marco del CLICK Festival, un evento dedicado a las artes escénicas que reúne artistas tan destacados como Paul Vanouse, Laurie Anderson y Philip Glass, el día 22 de mayo Yann Marussich presentará también Bain Brisé, una performance en la que sigue reinterpretando la relación entre el cuerpo humano y el medio líquido a través de su cuerpo.

Un público libre de moverse

Como es habitual en toda la trayectoria de Yann Marussich, también en este caso el centro de la acción tiene lugar en un espacio donde el público puede moverse a su antojo. El foco de la escena es una bañera que parece estar llena de agua congelada o virutas de hielo, pero en realidad se trata de cristales que recubren y aplastan el cuerpo del artista. El público asiste aguantando la respiración a una extenuante acción que puede alcanzar las dos horas de duración. Este es ell tiempo necesario para que el cuerpo desnudo del artista consiga deslizarse entre una masa de 600 kilos de cristales. Aunque evidentemente no es posible salir incólume de este chapuzón infernal.

Emergiendo de su cautiverio de cristal Marussich consigue aprisionar el público en una apnea visual. Establece un ambiguo juego de miradas capaces de congelar la audiencia. Como si no fuera suficiente, a esto se añade el sobrecogedor silencio de la puesta en escena. Sólo se ve interrumpido por el sonido de los cristales que en ocasiones recuerdan el cristalino gotear del agua.

ACERCA DEL AUTOR

Roberta Bosco y Stefano Caldana
Roberta es periodista especializada en arte contemporáneo y nuevos medios y Stefano en cultura digital. Son autores de El Arte en la Edad del Silicio, un espacio permanente dedicado al new media art en El País. Roberta es miembro habitual del jurado del Premio Diseña de Fundación Aquae.