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Historias de un mar añil

30 de Marzo de 2015
Lanzarote, una isla que bajo la superficie del océano que la envuelve, guarda maravillosos secretos que la hacen única a éste lado del Atlántico. Poco a poco iremos recopilando pequeñas y grandes singularidades naturales: historias de un mar añil, de un universo líquido rebosante de vida.

En esta ocasión, pese al buen estado de la mar, no encontramos buenas condiciones de visibilidad para la filmación. El océano rebosa productividad en estas fechas y el agua se llena de partículas. Tal vez unos años antes hubiéramos renunciado a filmar. Ahora, el reto es siempre sacarle el máximo partido posible a las condiciones reinantes y no perder tiempo en lamentaciones. Aceptamos, sin más, el mar como es. Como no podría ser de otra manera.

Desde el Centro de Buceo Hippocampus Fariones, situado en un lugar privilegiado en Puerto del Carmen, recorrimos el veril que discurre paralelo a la costa, tanto de día como de noche, que es como visitar dos mundos totalmente diferentes. La naturaleza es tan sabia que el mismo espacio lo comparte de muy diferentes maneras. Así las criaturas de la noche se muestran al amparo de la oscuridad, por donde horas antes lo hacían otras a plena luz del día.

Nos sorprendió cómo los temporales de invierno habían modelado el fondo, moviendo miles de toneladas de arena de un sitio para otro, descubriendo paredes que en 20 años no habíamos visto. Y eso también dificultó nuestra orientación en unos fondos largamente visitados por nosotros. Esos mismos temporales regaron el sustrato arenoso con las algas arrancadas, a modo de balsas multicolores, sirviendo de cobijo y alimento para el centollo que, con su mimetismo, parecía invisible.

Uno de los ilustres moradores es, por estas fechas, el tiburón ángel o angelote. Muchas de las hembras ya han parido a sus crías, de huevos fecundados en su interior, ya que son ovivíparos. Pudimos ver y filmar a una hembra rezagada, a punto de parir, pese a que la mayoría ya han emprendido la migración a aguas más profundas y no regresarán hasta el próximo invierno. Es el ciclo de la vida de una especie que encuentra en las islas Canarias uno de sus últimos baluartes. 

Pese a la falta de visibilidad, fueron unos días inolvidables, de contacto íntimo con ese mar de lava que rodea a Lanzarote, una isla mágica de la que iremos desvelando algunos de sus más preciados tesoros. Sin ninguna duda: ¡volveremos pronto!

ACERCA DEL AUTOR

Rafa Herrero Massieu
Buceador profesional, realizador y cámara submarino. Director desde 1994 de Aquawork, empresa especializada en documentales submarinos.