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El abastecimiento de agua, marcado por la crisis climática

26 de Junio de 2018
Gestión del agua en las ciudades suministro agua potable
Aquae Papers 8 estudia la necesidad de cambiar el esquema de abastecimiento urbano de agua tradicional y la apuesta por modelos basados en la posibilidad de manejar fuentes de recursos hídricos múltiples que permitan reducir el umbral de riesgo ante una situación prolongada de sequía.

El abastecimiento de agua potable en las ciudades siempre ha generado un cierto debate municipal. Las ciudades no dejan de ser asentamientos humanos, quienes necesitan el agua para vivir. No obstante, a pesar de que el ser humano se ha asentado tradicionalmente en lugares donde el acceso al agua era posible, la obtención de este recurso no siempre es fácil. De hecho, el éxodo rural ha creado grandes retos de suministro de agua en las ciudades.

El crecimiento urbano antes venía acompañado de la búsqueda de los nuevos recursos hídricos que fuesen necesarios. Esto se realizaba bien incrementando la explotación de aguas superficiales o bien aumentando la extracción de recursos acuíferos. En algunas áreas peninsulares recurriendo a transferencias de agua, incluso. Las sequías de comienzos de los años ochenta y, especialmente, de los primeros años noventa del pasado siglo, pusieron en cuestión este paradigma porque cuando no llueve, escasean todos los recursos posibles y se producen situaciones de emergencia por falta de agua.

 

Escasez de agua en las ciudades

 

Restos del abastecimiento de agua en las ciudades

A partir de dichas situaciones, se ha buscado modificar el esquema de abastecimiento urbano de agua tradicional. En este sentido, las urbes han apostado por esquemas de suministro de agua basados en la posibilidad de manejar múltiples fuentes de recursos hídricos. De esta manera, es posible reducir el umbral de riesgo ante una situación prolongada de sequía. Esto ha sido posible con la introducción de tres medidas básicas.

Mejora en la gestión de las redes de abastecimiento

Permite reducir significativamente las pérdidas de agua potable. En algunas ciudades españolas en la actualidad se consume la misma cantidad de agua que hace dos o tres décadas, con un aumento significativo de la población. Incluso en áreas turísticas donde la población estacional multiplica el consumo de forma considerable en los meses de verano. Esto ha sido posible con la mejora en los sistemas de abastecimiento municipal de agua.

En este aspecto surge el debate, animado en los últimos años en nuestro país, sobre el sistema más idóneo de gestión del agua potable en una ciudad. Las opciones básicas de gestión son tres:

  • Pública: gestión realizada en su totalidad por la administración.
  • Privada: realizada a partir de concesión.
  • Mixta: gestión híbrida entre las dos anteriores.

Esta última es la que obtiene mejores resultados desde varios puntos de vista –político, económico y social–. Porque permite el control público de un recurso de dominio público como es el agua. Además, favorece la incorporación de inversión en tecnología e investigación por parte de la empresa privada.

Reutilización de aguas depuradas

Un sistema de abastecimiento de agua no solo se basa en la captación, sino también en la reutilización de recursos. Una segunda medida incorporada en el nuevo paradigma de gestión del ciclo hídrico urbano ha sido la apuesta por la reutilización de aguas depuradas. A raíz de la implantación de las medidas incluidas en la Directiva 91/271, las administraciones regionales y locales han ido disponiendo de unos recursos hídricos “nuevos” que se han sumado a los tradicionales.

Las aguas residuales depuradas están utilizándose para usos urbanos de forma directa (riego de parques y jardines, baldeo de calles, instalación de redes específicas de distribución de agua residual depurada) o indirecta, a través de su uso por la agricultura periurbana que, de este modo, libera el uso de aguas “limpias” para su uso en la ciudad.  Esto supone el desarrollo de acuerdos entre sectores y administraciones en la búsqueda de una eficaz gestión hídrica.

Las aguas procedentes de la depuración constituyen la gran apuesta de futuro en un próximo esquema de suministro de agua a nivel nacional. Pero ello obliga a mejorar los niveles de depuración en las depuradoras existentes, para aumentar la calidad de los afluentes tratados y evitar el posible rechazo de su empleo por parte de usos agrarios o recreativos. Y debe ir acompañada de medidas legales para la promoción de su uso, por ejemplo, en campos de golf.

 

 

Aguas procedentes de desalación en el sistema de abastecimiento de agua

El agua del mar también puede incorporarse al sistema de abastecimiento de agua potable en las ciudades. En núcleos urbanos litorales ha permitido rebajar o eliminar el riesgo de sequía en estas áreas. Esto es posible gracias a la conexión a una fuente permanente evita la aleatoriedad pluviométrica vinculada a los recursos de agua tradicional. No obstante, estos recursos implican costes energéticos y ambientales que impiden su apuesta como recurso único. Salvo en ámbitos donde no existan otros o la cuantía de estos impida abastecer las demandas, como ocurre en el archipiélago canario.

Estas tres medidas forman parte del paradigma moderno de gestión y suministro del agua en ciudades que apuestan por la sostenibilidad. Y a ello se une un nuevo principio de actuación: planificar, en primer lugar, a partir de los recursos propios existentes y de la mejora constante de su gestión. Sólo así se pueden superar esquemas tradicionales de abastecimiento urbano de agua basados únicamente en el incremento de la oferta. Éstos resultan insostenibles económica y ambientalmente e inadmisibles desde la ética territorial.

El autor del artículo, Jorge Olcina, participó como ponente en la presentación de Aquae Papers #8 sobre Resiliencia en el ciclo urbano del agua. Extremos pluviométricos y adaptación al cambio climático en el ámbito mediterráneo.

ACERCA DEL AUTOR

Jorge Olcina Cantos
Catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante. Ponente en el Año Internacional del Planeta Tierra (2008), declarado por la UNESCO. Profesor invitado en universidades de España, Europa e Iberoamérica. Ha sido evaluador del 5º informe del IPCC sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas. Es miembro del Consejo Asesor del Cambio Climático de la Consellería de Agricultura y Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana.