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Vive para la Humanidad

22 de Mayo de 2016
Se lee en inglés, así, en letras mayúsculas, LIFE FOR HUMANITY, sobre el escalón de entrada de la librería Shakespeare & Co. de París.

 

Afuera, tienen, bajo unos cerezos con ramilletes florecidos de rosa, sobre una suerte de bancos que parecen alcorques alrededor de los árboles, unas maletas viejas abiertas, llenas de libros, donde caen las flores.

Se unen aquí el arte de la escritura, exclusivamente humana, con el de la inimitable Naturaleza.

Desde 1994 se celebra cada 22 de mayo el Día Mundial de la Diversidad Biológica, de la que somos parte aunque la Humanidad sea hoy un gigante sobre el resto de la delicada tela, la biosfera, que nos sostiene.

Hace unos días vi una película que me dejó impresionada, un documental que dura tres horas, y que no consiste más que en imágenes aéreas de una belleza asombrosa, de la Tierra vista desde el cielo, para luego acercarse; o al revés, enfocando cualquier aspecto de ella, los flamencos volando sobre una laguna, los desiertos, el océano, los arrozales…para después alejarse poco a poco, sobre la misma imagen, hasta tener una visión que nos deja el corazón temblando por la fragilidad y la belleza de lo que contemplamos.

Entrevera el director estas imágenes con testimonios de personas de todo el mundo, de todas las razas, condición y edades que, sobre un mismo fondo negro, en el que lo único que varía es el sonido ambiente, ya sean los pájaros, ya el fragor del tráfico, salen en primer plano, una a una, las personas hablando del amor, la felicidad, la belleza, el sentido de la vida.

Para luego regresar a la Naturaleza.

“Human” se titula este gran documental de 2015 cuyo director es Yann Arthus-Bertrand, un excelente fotógrafo del que hace años me regalaron su libro “La Tierra vista desde el Cielo” donde aparece en la portada un manglar con forma de corazón verde.

Conjuga Yann Arthus-Bertrand la Humanidad y la Naturaleza con la misma delicadeza que sobre los libros caen las flores.

Su antecesor en esta visión tan particular, es decir, el primer humanista que viera esta relación de la diversidad biológica con el ser humano, podría ser Humboldt, cuando manifiesta:

“Tanto en la selva amazónica como en las altas cumbres de los Andes, siempre tuve conciencia de que un solo aliento, de un polo a otro, insuflaba una sola y única vida a las rocas, a las plantas, a los animales, y al pecho del hombre.”

Tuve una primera edición del “Cosmos” de Humboldt en mis manos, que regalé, y que ahora no recuerdo a quién; un tesoro que se me fue de las manos y que espero que quien lo haya recibido, al menos lo haya leído.

Estoy pensando en volver a comprármelo, pero no en cualquier lugar, sino en Shakespeare & Co., para ver las flores cayendo sobre las maletas llenas de libros, y ese letrero del escalón de entrada: “VIVE PARA LA HUMANIDAD”.

En el siguiente escalón, se podría escribir hoy: “VIVE PARA LA NATURALEZA”.

Puede que nunca antes la Humanidad y la Naturaleza hayan estado tan unidas en su destino.

 

ACERCA DEL AUTOR

Mónica Fernández-Aceytuno
Premio Nacional de Medio Ambiente “Félix Rodríguez de la Fuente de Conservación de la Naturaleza” y columnista de ABC. Es fundadora y editora del portal de la Naturaleza Aceytuno.com.