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El agua empapa la gran pantalla: el papel de la lluvia en el cine

18 de Septiembre de 2014
escena de pelicula de cine en la que una mujer aparece bajo la lluvia
Un paraguas le sirvió al padre de Indiana Jones para espantar una bandada de gaviotas y derribar un avión de combate en la última cruzada. Sirvió para camuflar al asesino en las películas de Hitchcock y como antena parabólica para que ET llamase a casa.

La lluvia tiene en algunas obras de cine un papel protagonista. Según un estudio reciente, una de cada tres películas contiene al menos una escena bajo la lluvia. De hecho, la lluvia se utiliza para efectos dramáticos y metafóricos, generalmente en momentos clave de la historia.

En las películas románticas, a menudo se usa en el clímax de la película. Por otra parte, en las películas de acción, se usa para hacer que las escenas de lucha (o batalla) parezcan más trepidantes. Hay innumerables escenas de lluvia de diferentes películas que cualquier cinéfilo podría nombrar sin siquiera pensarlo.

La famosa escena de baile de Cantando bajo la lluvia, la escena de la cabina telefónica de Un gran amor. La escena del tiroteo en la aldea de Salvad al soldado Ryan. O la memorable escena del beso que nos regalan Ryan Gosling y Rachel McAdams en El diario de Noa.

¿Quién no recuerda la famosa escena de «Cadena perpetua” en la que Tim Robbins escapa de la prisión saboreando la libertad por primera vez en muchos años? ¿O la extravagante escena de Magnolia que dio lugar a la primera lluvia de ranas de la historia del cine? La lista es interminable

Historia del papel de la lluvia en el cine

En 1957 Louis Malle presenta Ascensor para el Cadalso y la explosión de la Nouvell Vague será el rostro de Jeanne Moreau caminado en blanco y negro bajo la lluvia de París. Se diría que Miles Davis toca la trompeta sólo para que Moureau entre en la lluvia y busque al amante desaparecido. La delicadeza, el magnetismo, el efecto ralentizador.

El agua es el relojero que modifica el transcurrir del tiempo a su manera. Por eso es un elemento recurrente en el cine coreano, por la sutileza, la fragilidad. El director Bong Joon-Ho explicó en entrevista para el festival de Cannes cuál fue su primer recuerdo del cine: “era un rodaje exterior y ese día llovía a cántaros. Mientras llovía, en mi cabeza se entremezclaban pensamientos.

Todavía recuerdo la atmósfera y el olor de la lluvia. Todos los miembros del equipo de la película estaban tranquilos y silenciosos. Había un profundo silencio. Durante horas observamos cómo caía la lluvia. Nunca lo he olvidado”.

La capacidad expresiva del agua

La capacidad expresiva de la lluvia en el cine es brutal. Es el elemento que refuerza la escena y anuncia un momento trascendental: la declaración de amor en Orgullo y Prejuicio o la hora de morir en Blade Runner.

La lluvia es además el gran sello del cine negro. En las comedias románticas, es el presagio del final de la pareja en la cama o sobre una alfombra de piel de algo muerto junto a la chimenea. Hundidos en la lluvia, Lady Chatterley y su guardabosques corren desnudos por el campo, y Gene Kelly empapado trepa las farolas, chapotea y se ducha bajo los canalones en un desenfreno de amor por Kathy. Cuando un policía atónito se acerca y le pregunta qué hace, él se limita a responder: “estoy cantando bajo la lluvia”.

El papel de la lluvia en la película Vollmond

La lluvia es un generador de emociones en el cine. Una máquina capaz de vivificar cualquier imagen muerta, un recurso para comunicar en terrenos tan sutiles como la danza. En su película Vollmond (“Luna llena”), la coreógrafa alemana Tina Bausch indaga en las relaciones entre hombres y mujeres a través de la lluvia.

Para ello, reúne en el escenario 12 bailarines, una enorme roca negra y una lluvia constante. Las bailarinas se mojan los vestidos de cóctel. Mientras tanto, los bailarines juegan y pelean con el agua hasta caer exhaustos. Bailar en la lluvia es su modo de expresar la complejidad de las relaciones humanas.

ACERCA DEL AUTOR

Martina Bastos
Escribe sobre realidades y le han premiado por ello. En 2012 recibió el premio Las Nuevas Plumas 2012 por su texto "La gran mudanza". Ha ganado el certamen Diez Años Viajando Juntos de la revista National Geographic, y en 2014 recibió el premio Don Quijote de Periodismo, en el marco de la XXXI edición de los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España, que convocan anualmente la Agencia EFE y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), por su trabajo "La lluvia es una cosa que sucede en el pasado”.