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Inteligencia colectiva (de hormigas, humanos y wikipedistas) II

6 de Julio de 2016
Recientemente  (solo es una de las tantas noticias salvajes con las que nos sentamos a desayunar a diario) un equipo integrado por «inteligencias individuales» de la Universidad de Twente de los Países Bajos, liderado por Arjen Hoekstra, «padre» de concepto de huella hídrica, ha publicado un estudio aseverando que 4.000 millones de personas (dos tercios de la población mundial) afrontan hoy una severa escasez de agua en el mundo, al menos un mes al año.

Para muchos, comprender por qué el resto de la especie no reacciona, con este y con tantísimos otros problemas, de forma colectiva, a pesar de que es una noticia que afectará al conjunto de la sociedad humana y no humana, sea de forma directa o indirecta, es todo un misterio.

 

 

Sabemos incluso en qué lugar es dónde peor lo están pasando hoy; se trata de Yemen, un país que se prevé que se quede literalmente sin agua en unos pocos años. Tras este, Pakistán, Irán, México y Arabia Saudí están ya en las últimas en cuanto a sus reservas hídricas: sus acuíferos están agotados casi por completo. ¿Cómo es que no estamos todos tremendamente preocupados, no solo por «ellos», sino sobre todo por «todos nosotros»?

Conocimiento colectivo limitado

Lamentablemente nuestro conocimiento colectivo no acostumbra a traspasar las fronteras de los círculos científicos y tecnológicos; poco más. Tampoco nuestra consciencia colectiva es lo suficientemente poderosa. Quizá sería bueno intentar ser cada día más…. «wikipedistas». Esta enciclopedia virtual es todo un hito en la historia de la acción colectiva, y, a pesar de sus fallos –nada es perfecto- es un lugar de gestación de conocimiento con un alto índice de fiabilidad donde, además, los vándalos y los odiosos trolls son constantemente perseguidos, corregidos y neutralizados con un alto porcentaje de éxito.

El círculo de la muerte

Aunque, bueno, a veces ni siquiera la inteligencia colectiva da buenos resultados. Volviendo a las fascinantes hormigas, cabe resaltar un fenómeno conocido como  «círculo de la muerte» que les sucede a las hormigas soldado. Estas siguen siempre el rastro de feromonas dejado por sus predecesoras. Pero, ¿qué pasa cuando algunas de las que van en la cabecera se desorientan por algún fallo en ese sistema químico de comunicación?  Pues sucede que se acaba formando una gran espiral diabólica en la que miles de hormigas recorren un interminable círculo que no tiene final, y en el que muchas acaban muriendo exhaustas o por aplastamiento.

 

120 millones de años en la Tierra

Pero eso es un hecho puntual y no representa un gran problema para ellas: son millones las hormigas que siguen su vida normalmente, no en vano llevan unos 120 millones de años en la Tierra –frente a los 2,5 millones de años que hace que apareció el género Homo–  y hay unas 14.000 especies descritas por el momento.

Wikiwiki

Más preocupante es el bucle sin fin en el que nos hemos metido nosotros, los autodenominados sapiens. Parece que los que encabezan la comitiva de nuestra especie andan también bastante desorientados. Como no parece que vayan a surgir superhéroes de entre las nubes para salvarnos, a lo mejor tenemos suerte y los Homo wikipedisensis acaban proliferando y la acción colectiva y organizada acaba extendiéndose por la sociedad. ¡Wikipedisémonos, pues! ¡Y que sea rápido! (que en hawaiano, por cierto, se dice wikiwiki).

ACERCA DEL AUTOR

Eva van den Berg
Redactora y editora de secciones para la edición española del National Geographic. Guionista y documentalista.