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¿Se puede mezclar leche con agua?

El agua y la leche tienen densidades diferentes. ¿Pero son tan diferentes que hacen que no se puedan mezclar, como en el caso del agua y del aceite? Podrás comprobarlo con este sencillo experimento. Pero, ¡que no te tiemble el pulso!

En este experimento veremos cómo la diferente densidad del agua y la leche nos permitirá separar estos dos compuestos orgánicos.

Materiales

  1. Un vaso
  2. Leche
  3. Agua
  4. Un tapón

Cómo separar leche del agua

  1. Haz un agujero muy pequeño con un punzón o un cuchillo en el tapón.
  2. Echamos agua en un vaso.
  3. A continuación, ponemos un tapón con un pequeño agujero sobre el agua.
  4. Ahora echamos leche en el tapón y vemos lo que ocurre.
  5. La leche es más densa que el agua y esta sale por el agujero hasta precipitarse al fondo del vaso sin mezclarse con la misma.
  6. La leche cae al fondo del vaso pero poco a poco se va mezclando con el agua.

Explicación

La densidad es un concepto importante para entender por qué no se mezcla en nuestro experimento la leche con el agua. Se trata de una propiedad de los compuestos que se determina en función de la relación masa-volumen. Es decir, la densidad mide cuánto pesa una sustancia en función de lo que ocupa. Cuanto más altos sean estos valores, más alta será su densidad. La densidad de mide utilizando las unidades de masa sobre volumen. Por ejemplo, gramo por centímetro cúbico (g/cm³), kilogramo por metro cúbico (kg/m³), gramo por metro cúbico (g/m³) o miligramo por metro cúbico (mg/m³).

Densidad del agua y de la leche

Antes de ver cómo se comportan la densidad de la leche y la del agua cuando se juntan veámoslas por separado. En el caso del agua, la densidad es de 1 gramo por centímetro cúbico (g/cm³) a una temperatura de 15°C. O lo que es lo mismo, 1 kilogramo por metro cúbico (kg/m³). Dicho de otra manera, el 1.000 gramos de agua ocupan un volumen de 1.000 centímetros cúbicos (g/cm³). Este valor cambia en base a factores como la temperatura o la presión. Además, en el caso del agua del mar, la salinidad del agua también influiría en su densidad.

La densidad de la leche también es variable, ya que ésta está relacionada con el porcentaje de grasa, de sólidos no grasos y de agua que contenga. Para tener una idea clara sobre la densidad de la leche lo mejor es medirla cuando aún está fresca, ya que la exposición al medio podría hacerla variar. Por lo general, la densidad de la leche está en 1,03 gramos por centímetro cúbico (g/cm³).

En este experimento hemos podido ver que la densidad del agua y de la leche son diferentes. Pero no tanto como para que no se puedan mezclar.

Propiedades de la leche

Existen un montón de experimentos que se pueden realizar utilizando leche. Por ejemplo, ¿te imaginas qué puede pasar al mezclar leche y limón?

Para poder comprender este experimento, es fundamental que entiendas los diferentes componentes que tiene la leche. También te ayudará a comprender este experimento. Este líquido contiene varios compuestos, principalmente grasas, proteínas y azúcar. La proteína de la leche normalmente se suspende en una solución coloidal. Como consecuencia, las pequeñas moléculas de proteína flotarán libre y de manera independiente de manera continua. Para que lo entiendas mejor, estas moléculas de proteína flotantes son las encargadas de refractar la luz y proporcionar a la leche su apariencia blanca que podemos observar. Normalmente, estas moléculas de proteínas se repelen entre sí, lo que les permite flotar sin aglutinarse. De ahí que estén en estado líquido. Sin embargo, cuando el pH de su solución cambia, pueden atraerse repentinamente y formar grumos. Esto es exactamente lo que sucede cuando la leche se cuaja. Para ello, basta con un añadir una cantidad determinada de zumo de limón. Con él, estaremos alterando el estado de la leche.