Para hacer este experimento necesitamos una vela, y un mechero. Primero, encendemos la vela y la apagamos. A continuación, acercamos la llama a la vela y vemos como se ha prendido nuestra vela de nuevo.
Al apagar la vela en el humo que sale aún hay restos de la cera en forma gaseosa, ésta cera es la que hace que la llama siga ardiendo y también pueda volver a encenderse si la acercamos lo suficiente. Pero, ¿por qué? en una vela lo que prende es la cera, al calentarse pasa de solida a liquida subiendo por la mecha, luego de liquida a gaseosa al acercarse más a la llama, entonces arde y permite que la vela permanezca encendida.
