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Cohete con una bolsita de té

¿Serías capaz de hacer un cohete con una bolsita de té? El título del artículo puede despistar, pero este experimento es de lo más sencillo de realizar y, sobre todo, muy aparente en su resultado. ¡Compruébalo!  

Así de primeras el concepto de un cohete con una bolsita de té suena, cuanto menos, extraño. Pero este experimento con té es mucho más fácil de llevar a cabo de lo bombástico que suena.

Qué necesitamos para hacer un cohete con una bolsita de té

Para realizar este experimento con té vamos a necesitar, obviamente, una bolsita de este, además de unas tijeras y un mechero.

El proceso

Lo primero que hay que hacer es quitar la cuerda de la bolsa con las tijeras y la vaciamos. A continuación estiramos esta hasta que se quede en forma de cilindro y la vaciamos de su contenido poniéndola en vertical. Una vez hecho esto encendemos la parte superior y esperamos a que la bolsita de té se convierta en un cohete.

Pero, ¿y por qué?

Al prender la bolsa de té, se empieza a calentar el aire que hay encima de ella, creándose una corriente de aire caliente que tiende a ascender. Cuando la bolsita se ha quemado suficiente la tendencia a elevarse es más fuerte que la propia fuerza de la gravedad. Y así es como la bolsita de té se transforma en un cohete.

Esto es lo que sucede con los globos aerostáticos. Y es que el aire caliente pesa menos o es más ligero que el aire frío y por lo tanto este asciende. En los globos de aire caliente, lo que se hace es aumentar la temperatura del aire del interior de la vela con los quemadores, para que dicho aire sea más ligero y menos denso que el  exterior y empuje hacia arriba el globo. En los globos de gas, se introduce helio o nitrógeno dentro de la vela, gases más ligeros que el aire de la atmósfera, produciendo el mismo efecto de elevación. Los globos ascienden basándose en el principio de Arquímedes.

Cohete con una bolsita de té