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Aquae

La moneda que desaparece con el agua

En este experimento físico conseguirás hacer desaparecer una moneda. En realidad se trata de un truco de magia científico basado en el principio de refracción de la luz. Una forma genial de estimular la pasión por la física de los más pequeños.

Seguro que sabes que el agua cumple numerosas e importantes funciones para el cuerpo. Pero lo que quizás no tenías tan claro es que el agua también tiene la capacidad de hacer desaparecer objetos. Con este experimento aprenderás a hacer desaparecer una moneda con los poderes mágicos del agua, utilizando los principios de la ley de Snell. ¿Te pica la curiosidad? ¡Sigue leyendo!

Materiales

  • Agua del grifo
  • Vaso transparente
  • Una moneda

Cómo hacer desaparecer una moneda con agua

  1. Coloca una moneda en la mesa.
  2. Pon el vaso de cristal encima de la moneda y vierte agua hasta llenarlo.
  3. Mira el vaso desde un lateral y verás que la moneda desaparece. ¿Sabes por qué?

Explicación

Al llenar el vaso con agua has visto que la moneda desaparece. Al menos, eso es lo que parece cuando miramos el vaso de lado. Cuando miras desde arriba comprobarás que, efectivamente, la moneda sigue debajo del vaso. Si realizas el mismo experimento y metiendo la moneda dentro del vaso verás que la moneda en este caso sí se ve desde el lateral ¿Qué ha pasado entonces?

El vidrio desvía más la luz que el agua. Por eso, si miras el vaso desde arriba puedes ver la moneda porque la luz atraviesa los medios perpendicularmente. Sin embargo, cuando miras desde un lateral, es el vidrio el que provoca la desviación de la luz. El misterioso caso de la moneda que desaparece en realidad obedece al principio de la refracción de la luz formulado por la ley de Snell. La refracción de la luz consiste en un fenómeno en el que la luz cambia de dirección debido a la distinta velocidad de propagación que permiten los medios materiales que ésta atraviesa.

La ley de Snell está basada en la idea de que la luz se comporta de diferentes maneras cuando atraviesa sustancias. La densidad del material es la que provoca que la luz se desvíe de una manera u otra. Así, cuando miramos desde arriba podemos ver la moneda porque los rayos de luz refractados llegan perpendicularmente a nuestros ojos. Cuando miramos desde un lateral, el rayo refractado cambia de dirección de manera que la luz no llega directamente a nuestros ojos. Esto hace que creamos que la moneda desaparece.

La refracción de la luz nos permite ver

Puede que no te des cuenta, pero si usas gafas o lentillas, en realidad estás en constante efecto con el efecto de refracción de la luz. Si te fijas con atención, verás que los cristales de las gafas –igual que el material del que están hechas las lentes de contacto– tienen una forma curva. Esta curvatura se utiliza para mejorar la visión. Por ejemplo, las gafas bifocales se basan en una lente convexa que permite doblar la luz y hacer que las cosas parezcan más grandes.

Además, los ojos humanos también tienen una lente. En realidad, la córnea trabaja para refractar la luz hacia la retina. Luego, la imagen se envía a través del nervio óptico al cerebro. Sin refracción, los seres vivos no podrían ver.

La refracción también crea distorsión

La refracción de la luz es un fenómeno que ocurre a tu alrededor más a menudo de lo que imaginas. Sin ir más lejos, en el supermercado hay infinidad de productos que vienen en botes de cristal. Por ejemplo, los botes de pepinillos. ¿Alguna vez has cogido un bote de pepinillo que parecían muy grandes y al cogerlos te has levado una decepción porque en realidad eran más pequeños de lo que pensabas? La refracción no solo hace que una moneda desaparezca; también hace que las cosas parezcan más grandes. En este caso, el causante de este fenómeno no es el cristal sino el líquido que contiene. Si sacas todos los pepinillos del bote pero dejas dentro su jugo y miras a través de él, podrás experimentar algo fantástico. El efecto de la refracción de la luz hará que los objetos de alrededor aparezcan distorsionados.