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Explicación química de las cerillas magnéticas

Puede parecer raro que algo tan sencillo y cotidiano como encender una cerilla esconda secretos desconocidos. En esta ocasión te desvelamos una propiedad oculta de los fósforos: el ferromagnetismo. ¿Te animas a descubrir con nosotros este peculiar objeto?

Las cerillas son objetos cotidianos que esconden algunos secretos interesantes. Por ejemplo, ¿sabías que las cerillas tienen propiedades magnéticas? Gracias a este divertido experimento casero podrás entender un poco mejor la composición química de las cerillas, también llamadas fósforos de fricción. ¿Crees que es posible hacer que un objeto no imantado se convierta en un imán?

Materiales

  1. Caja de cerillas
  2. Cerillas
  3. Imán de neodimio

Cómo hacer cerillas magnéticas

  1. Para comprobar si una cerilla tiene propiedades ferromagnéticas, puedes acercar la cabeza de un fósforo al imán.
  2. Puedes observar que no pasa nada.
  3. Ahora enciende un fósforo utilizando la lija del lateral de la caja de cerillas.
  4. Deja que se consuma.
  5. A continuación, pon el imán cerca de la cerilla.
  6. Verás que la cerilla se queda pegada al imán, gracias a sus propiedades magne´ti.

Explicación

Controlar el fuego ha sido sin duda uno de los mayores hitos en el desarrollo de la humanidad. A pesar de que hoy se han remplazado en muchos casos por otras invenciones como los mecheros, las cerillas supusieron en su momento una gran revolución para la sociedad. John Walker desarrolló en 1926 los primeros prototipos de las cerillas, cuya composición química estaba basada en clorato de potasio, sulfuro de antimonio (III), goma y almidón.

Los modelos de cerillas que se comercializan en la actualidad tienen una composición química diferente. Las cabezas de las cerillas están hechas principalmente de azufre y clorato potásico y la la superficie sobre la que se frotan es de vidrio en polvo, cola, fósforo rojo y sulfuro de antimonio. Las propiedades magnéticas que hemos observado en nuestra cerilla se debe al óxido de hierro (III) que los fabricantes añaden en su fabricación. Esta sustancia química que da el color rojizo a la cabeza de un fósforo actúa como catalizador en la descomposición del clorato de potasio. Como pudimos observar al inicio del experimento, las cerillas no utilizadas no tienen propiedades magnéticas. El ferromagentismo de las cerillas se produce cuando ya ha tenido lugar el proceso de la combustión de la madera. De esta forma, la cabeza de la cerilla se convierte en hierro metálico, un compuesto que se ve atraído por el imán de neodimio.