Agua para la Amazonía peruana

Un proyecto por los Derechos Humanos

La Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el 28 de julio de 2010 el derecho humano al agua y al saneamiento. Desde entonces, diversos acuerdos y resoluciones han reforzado la consideración del agua como derecho humano, ampliado por el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6.

El día 10 de diciembre se celebra el Día de los Derechos Humanos. El agua está considerada como un derecho humano indispensable para vivir dignamente y es condición previa para la realización de otros derechos humanos como la salud, así como a disfrutar de un nivel de vida adecuado, definiéndolo como el derecho de cada persona a disponer de agua suficiente, saludable, accesible y asequible para uso personal y doméstico.

A lo anterior se debe añadir, en este contexto, el Objetivo 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el cual promulga que se debe garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos. Porque la escasez de recursos hídricos, la mala calidad del agua y un inadecuado saneamiento, producen problemas de seguridad alimentaria, así como dificultades para la subsistencia o la pérdida de posibilidades para la educación.

En este sentido, la Fundación Aquae trabaja en diferentes ámbitos para la consecución del ODS 6 y de los Derechos Humanos. Así surge su colaboración con UNICEF en el proyecto Agua para la Amazonía Peruana, que tiene en cuenta que para el desarrollo y el bienestar humano el agua y el saneamiento son fundamentales para una nutrición adecuada, la igualdad de género, la educación y la erradicación de la pobreza. Una iniciativa real y objetiva para paliar que un tercio de la población mundial carece todavía de saneamiento mínimo. Una iniciativa que desde un trabajo regional toma una conciencia de mayor alcance mediante un trabajo de mejora de infraestructuras de saneamiento en diferentes regiones rurales de la Amazonía Peruana, así como mediante el desarrollo de programas de formación que permiten el poder mantener de manera correcta y eficiente las diferentes infraestructuras construidas y formación de hábitos de higiene.

Una acción que aporta de manera eficiente y directa soluciones para lograr que el derecho humano al agua y al saneamiento de manera global y total sea un hecho y un proyecto en continuo crecimiento.