Sala de Prensa

Agua, Alimentos y Energía

Fernando Miralles-Wilhelm, asesor y especialista principal del Banco Interamericano de Desarrollo, describe en su paper “Desarrollo y aplicación de herramientas analíticas a la Planificación trinómica Agua-Alimentos-Energía- en América Latina y el Caribe” (Water Monographies 2) la intensa relación de este trinomio. Analiza también de qué manera en algunas regiones ya se están experimentando problemas de acceso, que afectan seriamente al crecimiento económico sostenible.

La escasez –señala Miralles-Wilhelm-, ya sea de agua, energía o alimentos está causada no sólo por factores físicos, sino también por cuestiones sociales, políticas y económicas que afectan  la asignación, disponibilidad y uso de estos recursos.

Contexto de crecimiento urbano

Tensiones inducidas debidas a la rápida urbanización y el cambio climático están haciendo crecer la demanda en todos los usos del agua. Las ciudades de países en desarrollo deberán  satisfacer la demanda de 70 millones de personas más cada año durante los próximos 20 años. Para 2030 se necesitará un 45 % más de agua sólo para satisfacer nuestras necesidades alimentarias. Además, más de 1300 millones de personas siguen sin tener acceso a la electricidad en todo el mundo y el cierre de la brecha de energía tiene consecuencias sobre el agua, usada para la extracción de combustible, como agua de refrigeración, o como fuente de la energía hidroeléctrica.

Economías emergentes

Economías emergentes como China, India y Brasil duplicarán su consumo de energía en los próximos 40 años; para el año 2050, la generación de electricidad de África será 7 veces mayor que en la actualidad; en Asia, para el año 2050, la producción de energía primaria casi se duplicará, y la generación de electricidad será más del triple; en América Latina, el aumento de fuentes fósiles no convencionales, petróleo, térmica, y gas y la cantidad de electricidad generada se espera que aumenten cinco veces en los próximos 40 años y la cantidad de agua necesaria se triplicará.

Necesidad apremiante de planificación

Como consecuencia, existe una necesidad apremiante para la planificación integrada de desarrollo de los recursos relativos al trinomio AAE y su uso, para evitar escenarios no deseados e insostenibles en los próximos años. Aunque el  trinomio AAE es bastante evidente, estos tres sectores históricamente se han regulado y gestionado por separado; y a pesar de la creciente preocupación por estas tendencias, los tomadores de decisiones a menudo permanecen mal informados acerca de sus implicaciones y mal equipados para hacer frente a los posibles resultados de esa mala información . La repercusión simultánea de los efectos del cambio climático sobre los recursos del trinomio AAE ofrece una ventana de oportunidad para materializar dicha planificación integrada en la región LAC (América Latina y el Caribe).

Singularidad en América Latina y el Caribe

El agua es necesaria para la producción de alimentos: el 90% de las tierras agrícolas de la región son de regado pluvial. En unos Andes con una oferta limitada de agua, existe agua suficiente para producir una dieta de 3.000 kcal, siendo de la misma, productos de origen animal en un 2%. Pero el cambio de los patrones de precipitación y la creciente demanda de alimentos están aumentando las necesidades de riego. Esto combinado con la urbanización, está haciendo  aumentar la presión sobre los paisajes rurales y los suministros de agua.

El agua es necesaria para la generación de energía: La energía hidroeléctrica suministra el 46% de la electricidad de la región, muy por encima del promedio mundial del 16%, pero sólo el 38% del potencial hidroeléctrico de la región se encuentra aprovechado. Además, para el cultivo y la producción de biocombustibles se requieren grandes cantidades de agua.

La energía es necesaria para la producción de alimentos: Este es el eslabón menos comprendido, pero la producción de alimentos, recolección, transporte, procesamiento, empaque, y comercialización utilizan recursos energéticos significativos.

La energía es necesaria para el acceso a las fuentes de agua: La energía es necesaria para la desalación (que podría llegar a ser importante sobre todo en el Caribe), la distribución de agua y riego.

En las economías en crecimiento de la región de LAC, la necesidad de comprender las interacciones entre el agua, los alimentos y la energía son cada vez mayores, y, además, los retos de planificación y desarrollo implican usos del suelo, la urbanización, la demografía, y la protección del medio ambiente. Estos desafíos y complejidades ya no pueden ser tratados de forma convencional, con cada sector tomando decisiones de forma independiente, con normativas diferentes, y diferentes objetivos. La complejidad del sistema requiere un enfoque más sistemático teniendo en cuenta todas las interacciones y dependencias existentes entre los sectores.

Elementos descriptivos del trinomio AAE

  • En las tres áreas existen muchos miles de millones de personas que carecen de un acceso adecuado (cantidad, calidad o ambas cosas).
  • Todos sufren de un rápido crecimiento de su demanda a nivel mundial.
  • Todos ellos son recursos limitados.
  • Todos son » bienes globales » e involucran al comercio internacional y tienen implicaciones globales.
  • Todos tienen diferente disponibilidad y variaciones en su oferta y demanda regionales.
  • Todos tienen fuertes interdependencias con el cambio climático y el medio ambiente.
  • Todos tienen una importancia para la seguridad de su acceso, ya que son fundamentales para el funcionamiento de la sociedad.
  • Todos operan en mercados fuertemente regulados.
  • Todos requieren la identificación explícita y el tratamiento de los riesgos.

Está claro que cada una de los tres «esferas de recursos» afecta a las otras de manera sustantiva. Hacer caso omiso de esos efectos –sostiene el autor del paper- puede tener impactos significativos sobre otro.

El objetivo principal de la iniciativa de investigación del BID en el  trinomio AAE es contribuir a la gestión y desarrollo de los sectores del agua, de la producción de alimentos y la energía y mediante el aumento de la sensibilización y la capacidad de planificación integrada de las inversiones del Banco identificando y evaluando las externalidades y  sinergias.

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