Microrrelatos

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Las sagradas pirámides y las leyes de Brahmagupta se construyeron sobre él. Despreciado por los romanos y sospechado por los olmecas, visitó a los filósofos griegos y las tiendas persas. Frente al Tigris, hombres de ensortijadas barbas lo intuyeron fugazmente, y los astrólogos mayas lo duplicaron, apiadados por su soledad. Sobreviviente del tiempo, sus nombres fueron tantos como su esquivo rostro: los chinos, en su sabiduría, lo asimilaron a una ligera lluvia de otoño…

Es la suma de todo, su principio y su fin, y es posible que en cierto ángulo de su circunferencia, esté contenido el nombre de Dios.