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Pedro Medrano, nuevo miembro de Red Impulsores del Cambio

Pedro trabaja en la conservación y el desarrollo de los montes como herramientas de desarrollo de los pueblos; haciendo corresponsables de este trabajo de recuperación del mundo rural a un sector de la población urbana que guarda vínculos personales, (familiares, emocionales, etc) con el mundo rural.

Los bosques son el pulmón del planeta: son lugares mágicos llenos de vida que albergan más del 75% de la biodiversidad terrestre del mundo. Estos datos han sido proporcionados por el último informe SOFO (2018) sobre el estado de los bosques de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ( FAO). Esto significa que millones de personas, animales y plantas dependen del futuro de las áreas boscosas que están siendo cada vez más castigadas por la deforestación en las zonas rurales y el calentamiento global.

Dependemos de los bosques para nuestra supervivencia, desde el aire que respiramos hasta la madera que utilizamos. Además de proporcionar hábitats para los animales y medios de vida para los seres humanos, los bosques también ofrecen protección de cuencas hidrográficas, previenen la erosión del suelo y mitigan el cambio climático. Sin embargo, a pesar de nuestra dependencia de los bosques, seguimos permitiendo que desaparezcan.

Sin bosques no tendríamos ni aire limpio, ni agua potable, ni gran parte de los alimentos que necesitamos para sobrevivir. Por tanto, estamos en deuda con ellos. Sin embargo, la deforestación está aumentando, poniendo en peligro los ecosistemas de los que dependen la riqueza natural del planeta y su capacidad para hacer frente al cambio climático.

Por otro lado, no todo son malas noticias: España, a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha suscrito, junto a otros ocho países europeos, la Declaración de Ambición para 2025 del Partenariado de la Declaración de Ámsterdam para reforzar la cooperación contra la deforestación.

La deforestación en zonas rurales: 

Las Naciones Unidas (ONU) estiman que el mundo está perdiendo 13 millones de hectáreas de bosque cada año. El problema de la deforestación provoca, según el informe SOFO 2018, casi el 20% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) -más que todo el transporte combinado- y ya es la principal causa del cambio climático tras la quema de combustibles fósiles.

La deforestación en zonas rurales, provocada por el cambio climático y, sobre todo, por la conversión de tierras para uso agrícola y ganadero, amenaza la biodiversidad terrestre y la supervivencia de las comunidades indígenas, rurales y forestales. También pone en peligro a más de mil millones de personas en todo el mundo que obtienen alimentos, medicinas y energía de los ecosistemas terrestres, según estimaciones de la FAO.

Los bosques más bellos del mundo:

Los bosques no solo nos ayudan a respirar, hidratarnos y alimentarnos, también nos inspiran gracias a su inmensurable belleza. Existen diferentes tipos de bosques según la vegetación: exuberante, mixto y conífero. Según el clima: tropical, subtropical, templado y boreal. Y, por último, según y el grado de intervención humana – virgen y antropogénico, entre otros factores. De todas ellas, la sociedad internacional National Geographic eligió las más bellas del mundo:

Parque Nacional de Erawan (Tailandia): llama la atención por el color dorado de sus árboles en otoño y por su fauna. Está habitado por multitud de aves, ardillas voladoras y monos.

El Bosque de Brocéliande (Francia): abarca 7.000 hectáreas y está habitado desde hace más de 5.000 años. Lo demuestran los numerosos menhires esparcidos por la zona.

Bosque de Sagano (Japón): un bosque de bambú con 50 especies diferentes y ejemplares de hasta 20 metros de altura.

Parque Nacional Los Glaciares, (Argentina): Patrimonio de la Humanidad desde 1987. estos bosques de Lenga y Hayedos Antárticos flanquean maravillas naturales como el Perito Moreno.

Parque Nacional Kahurangi (Nueva Zelanda): un bosque tropical y denso donde residen kiwis y wekas entre helechos arborescentes, hayas rojas y palmeras nikau.

Selva Negra (Alemania): comprende un área de 6.000 km2 de abetos, prados, lagos y pueblos entre las localidades de Friburgo y Basilea.

Ontario Forests (Canadá): grandes extensiones donde predominan los colores rojo, naranja y amarillo sobre una base verde reflejada en mil lagos y ríos.