El Día Mundial del Clima aborda el gran reto ambiental del siglo XXI

El Día Mundial del Clima se celebra el 26 de marzo de cada año para concienciar sobre la importancia de tomar medidas para evitar el calentamiento global y adaptarse a sus consecuencias.

Fue en 1992 cuando la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático instituyó el Día Mundial del Clima para alertar sobre una situación que, 30 años después, se ha convertido en una realidad que está afectando ya al bienestar humano, los ecosistemas, la biodiversidad y el ciclo del agua, lo que acrecienta la escasez de recursos hídricos en todo el mundo.

Las causas del cambio climático son conocidas y hay un consenso científico sobre ellas: la quema de combustibles fósiles -carbón, petróleo y gas-, en los últimos siglos ha generado una acelerada acumulación de gases como el CO2, el metano y otros en la atmósfera terrestre.

Estos gases, definidos como gases de efecto invernadero o GEI, tienen la capacidad de retener el calor que refleja la Tierra. Actúan como una manta que impide que la energía proyectada sobre el planeta por los rayos solares vuelva al espacio.

De este modo, en los últimos 300 años, desde el comienzo de la revolución industrial, la temperatura media global ha aumentado en 1,2 grados, según el último informe del IPCC publicado en marzo de 2023.

El porcentaje de GEI en la atmósfera alcanza ya las 420 ppm o partes por millón, según señalaba la Administración Atmosférica y Oceánica Nacional de EEUU (NOAA, por sus siglas en inglés), a finales de 2022. Hay que tener en cuenta que en los últimos 800.000 años esa cifra no ha superado las 300 ppm y que ese aumento se debe a la acción humana al quemar combustibles fósiles, es decir, al liberar a la atmósfera de forma repentina el CO2 acumulado en el subsuelo durante largos períodos geológicos de la vida en la Tierra.

Como consecuencia de este aumento de gases de efecto invernadero y, por tanto, de energía en la atmósfera, estamos creando un sistema climático más inestable.

En los últimos años hemos visto efectos del cambio climático significativos, con impactos especialmente notables a escala local y regional. Se ha observado un aumento en la temperatura media del planeta, así como alteraciones en los patrones de precipitación, en los niveles del mar, como consecuencia del deshielo de los glaciares y de los polos, y en la frecuencia y gravedad de eventos climáticos extremos como huracanes, sequías e inundaciones.

Para combatir estas variaciones climáticas, la vía más directa es mitigar las causas, es decir, reducir de forma rápida las emisiones de gases que provocan el calentamiento terrestre. Esto supone llevar a cabo una transformación del sistema energético global sustituyendo las energías fósiles por fuentes renovables, energías verdes o que no emitan CO2.

En marzo de 2023, la máxima autoridad científica en la materia, el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC), un organismo consultivo de la ONU, presentaba su último informe, que refleja el consenso científico sobre el calentamiento global y sobre las medidas a deben adoptar.

Este informe resume los anteriores reportes parciales emitidos en los últimos ocho años y es la última revisión del conocimiento mundial sobre el cambio climático desde que, en 2015, se aprobó el llamado Acuerdo de París.

Este convenio internacional instaba a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para asegurar que para 2100 las temperaturas no superaran el margen de seguridad recomendado de 1,5 grados o, como mucho, los 2 grados. Pero el régimen actual de emisiones aventura un panorama para final de siglo que superará ampliamente ese horizonte y puede llegar a los cuatro grados.

El informe del IPCC de 2023 urge a acometer reducciones de las emisiones profundas y rápidas. Para conseguir que el calentamiento se quede a finales de siglo por debajo de los 1,5 grados, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deberán haber caído en 2030 un 43% respecto a los niveles de 2019, un 60% en 2035 y un 84% en 2050, afirma el IPCC.

Además de reducir emisiones, es esencial estimular la resiliencia y la adaptación a la nueva situación climática, una realidad que ya está aquí.

23/03/2023