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Sed de energía sedienta

24 de Julio de 2014
Por primera vez, en el año 2012 el informe anual generado por la Agencia Internacional de la Energía (IEA), el World Energy Outlook, incluyó un apartado centrado en el uso de agua derivado de la producción de energía.

Ya era hora que tuvieran este factor en cuenta porque, según ellos mismos explican, el agua es esencial para la producción de energía eléctrica (sobre todo para refrigerar los circuitos) y para la extracción, transporte y procesamiento de petróleo, gas y carbón. Y, cada vez más, para el riego de los cereales empleados en la producción de biocombustibles. En 2010 nada menos que 583.000 millones de metros cúbicos de agua fueron destinados a la producción de energía. Visualizar la tremenda cantidad de agua que gastamos es harto difícil. En el informe ofrecen esta comparación: hoy el sector energético extrae agua a la misma velocidad que ésta fluye por el Ganges o el Misisipi. Lamentablemente, el consumo se incrementa sin cesar.

El aumento previsto para el periodo que va desde hoy al 2035 es que el total de agua extraída se multiplique por cinco, mientras que la cantidad consumida, esa que no volverá a formar parte del ciclo del agua, alcanzará el 85% . Es increíble como, a pesar de saber todo lo que sabemos, van pasando los años sin que tomemos las riendas de los caballos desbocados a los que no hacemos más que azuzar para que corran cada vez más deprisa hacia el colapso. Es cierto que cada vez implementamos más medidas de eficiencia energética y, poco a poco, vamos asimilando que tenemos que cambiar radicalmente nuestro modus vivendis. Less is more, menos es más, dijo el arquitecto Mies van der Rohe, ¿recuerdan? Una frase que ha sido extrapolada para sintetizar el giro que debemos modificar de forma ineludible nuestros hábitos de consumo. Menos recursos naturales, menos consumo de energía para una mayor calidad de vida en el planeta.

Para que nadie pueda pensar que ese reforma que haremos –ya sea de forma voluntaria o impuesta por unas condiciones ambientales cada vez más restrictivas– es idea de unos cuantos ecólogos alarmistas, les invito a que lean el informe que hace pocos años publicó la compañía petrolera Shell, la cual dudo que nadie se atreva a clasificar como organización que lucha por la preservación de los ecosistemas.

Se trata del (muy interesante) documento público llamado Scramble & Blueprints, donde se asevera que se avecina un cambio profundo e inevitable, pero … ¿cómo tendrá lugar?, se pregunta la petrolera. El trabajo de la Shell plantea cómo será el mundo a medio plazo, en el año 2050, en función de qué decisiones tomemos en la gestión de la energía. Mientras que el escenario denominado Scramble, palabra que tiene acepciones con matices inquietantemente diferentes, como «competición» , «lucha» o «pelea», nos muestra un planeta en el que las naciones rivalizan de forma encarnizada por conseguir su propio beneficio, el escenario Blueprints , palabra que significa «anteproyecto» , imagina una sociedad global organizada para conseguir unos objetivos y unos intereses comunes. Podemos escoger una opción u otra. Seguro que si hiciéramos un referéndum ganaría aplastantemente la opción Blueprints, por la cuenta que nos trae a la mayoría de humanos que ni optamos a jugar al Scramble. Pero quizá no nos dejaran plantearlo. Seguramente, debe ser anticonstitucional.

Más info:

https://www.worldenergyoutlook.org/media/weowebsite/2012/WEO_2012_Water_Excerpt.pdf

https://www.iea.org/publications/freepublications/publication/Spanish.pdf

https://www.manicore.com/fichiers/Shell_scenarii_to_2050.pdf

ACERCA DEL AUTOR

Eva van den Berg
Redactora y editora de secciones para la edición española del National Geographic. Guionista y documentalista.